Andrea XXII, probando nuevos retos.


Ayer me apetecía ir de compras, y ¿por que no?, a la vez quería hacer algo excitante. Me dan morbo los probadores de las tiendas de ropa.
Fui a un gran centro comercial, porque así podría asegurarme de encontrar a alguien que me ayudará a satisfacer mis deseos. Buf, solo de pensarlo me puse a tope.
Entré en una de las tiendas de ropa que había y comencé a mirar ropa y a la gente que estaba por allí, para ver si me interesaba alguno o alguna.
Cogí dos vestidos, dos faldas y un top rojo, con encaje, muy sexy y entré en un probador. Era uno de estos probadores con una cortina, un taburete, y un espejo en cada pared. Cerré la cortina y, claro, me desnudé para poder probarme lo elegido. Me quité la camiseta y luego la falda. Me miré en el espejo, desnuda con tan solo mis zapatos de tacón. Me acaricié un poco las tetas pensando en todo el alboroto que hay a mi alrededor. Me puse el vestido, y salí del probador para ver mejor en el espejo como me quedaba. No me convencía. Al meterme otra vez en el probador decidí no cerrar del todo bien mi cortina. Me puse de espalda a la abertura y me quité el vestido. Cualquiera que mirase en ese momento me vería. La abertura no era muy grande, pero suficiente como para verme toda. Me lo quité pensando que quizás alguien me estuviera viendo y eso hizo que mi coño se humedeciera. Como me excitaba la idea de una chica o quizás del novio de una chica pasando por ahí y viéndome. Seguí probándome la ropa, cuando oigo que en el probador continuo un chico acompaña a su novia. Se quedó fuera. Al quitarme el vestido que me había probado me dí la vuelta y vi como él me estaba mirando; no obstante, se dio la vuelta cuando se creyó descubierto. Yo al notarlo, comencé a exhibirme más, disparándome mi excitación. En un espejo descubrí como me estaba mirando cada vez con más atención. Estaba muy, muy, muy excitada. Ese chico me había visto toda desnuda y lo seguía haciendo. Cada vez que me quitaba una prenda sabía que él me estaba mirando.
Tenía muchísimas ganas de tocarme, así que al bajar la falda me rocé los labios, mmmmmmm. En ese momento le miré. Hablaba con su novia pero me miraba. Creo que sabía que le había descubierto, pero le daba igual. Al fin y al cabo nadie me impedía cerrar esa cortina. Luego me tenía que probar el otro vestido. Para ello me tenía que quitar toda mi ropa y una vez más quedarme totalmente desnuda. El vestido era sencillo pero elegante, me gustó. Era corto, con unas medias me quedaría estupendamente. Al levantármelo me dí la vuelta de manera que mientras mi cara estuviera cubierta por el vestido mis tetas y mi coño se encontraran frente a él. El vestido tenía cremallera por la espalda, así que solo faltaba subirla para ver si realmente me quedaba bien. Me giré de tal modo que el pudiera ver mi espalda y comencé a fingir que tenía problemas para subirla. Iba a dejar de hacer teatro, cuando de repente entró en mi probador y dijo "¿Necesitas ayuda con esa cremallera?". Me la subió con mucha delicadeza, rozándome la piel con sus manos mientras lo hacía.
"¿Que tal me queda?" A lo que él me contestó "Estás de escándalo, digo, te sienta muy bien"
"Ahora voy a necesitar ayuda para bajarla" Comenzó a bajarla lentamente, acercando su cuerpo cada vez más al mío y noté su respiración muy cerca y fuerte.
Sin girarme, empecé a bajarme el vestido, quedándome desnuda delante de ese chico, que estaba totalmente acalorado; me bajé para coger otra pieza de ropa y al hacerlo hice que mi culo rozara su pantalón y estuve restregándolo contra su polla . Mientras que rozaba con el culo, iba notando como su polla crecía y él en vez de alejarse, se iba acercando más a mí. En ese momento noté que sus manos me agarraban fuertemente por la cintura e iban resbalando por todo mi culo.
"¿Sabes? Estás mejor así, sin el vestido. No hace falta que te pruebes nada más porque seguro que te queda de vicio."
Me dio una palmada en el culo y me dijo "Me llevas poniendo cachondo desde que entré en la tienda con mi novia."
Se sacó la polla del pantalón y empezó a darme golpecitos con ella por todo el culo "¿Era esto lo que querías?" me dijo, "¿O Quizás era esto?" y me la metió de golpe por el culo, dándome bien fuerte hasta el fondo, mientras se apollaba con una mano encima de mi espalda para que no me levantara y con la otra me agarraba de la cintura para darme más fuerte y sujetarme.
Al poco rato de empezar tuvo que sacar su polla de mi coño y salir del probador empalmado porque su novia estaba llamándolo. Pero eso no me paró porque sabía que tarde o temprano me iba a seguir mirando.
Mi coño cada vez estaba más mojado y sus miradas eran cada vez más descaradas. No podía más y decidí rozar mis labios con mis dedos, quería más. Me empecé a acariciar las tetas con una mano mientras que con la otra jugaba con mi coño. Estaba ahí de pie, desnuda a menos de un metro de él, pero tan solo me podía mirar, creo que eso le ponía más cachondo. De vez en cuando metía la cabeza en el probador de su novia, pero enseguida volvía a mirarme. Me coloqué frente a él, en la esquina opuesta. Me abrí las piernas todo lo que podía y le ofrecí el espectáculo de mi coño abierto, depilado y mojado. Con una mano separé mis labios y con la otra me empecé a acariciar. No tardé en meter un dedo en mi chocho. Ver a ese hombre mirándome de reojo pero fijamente, verme a mi misma reflejada en los espejos, todo ello me transportaba. ¡No os imagináis lo excitada que estaba! Me senté en el taburete y abrí todavía más si cabe mis piernas. Le sonreí a la vez que me introducía un dedo en mi chocho, luego lo saqué y me lo metí en el culo, luego otra vez en el coño, de vez en cuando en la boca, así varias veces. A la vez me acariciaba las tetas y jugaba con mis pezones. Decidí meterme dos dedos en mi coño, luego tres, jadeaba cada vez más deprisa, ¡bendita música, del centro comercial! Dejé de acariciarme las tetas y decidí utilizar esa mano para follarme el culo con un dedo a la vez que no dejaba de mover los otros tres dedos y de acariciar mi clítoris. En alguna ocasión el chico desaparecía y volvía con más ropa para su novia, sin dejar de mirar dentro de mi probador. Estaba ya tan mojada que mi flujo corría por mis nalgas. Me movía cada vez más deprisa, me iba a correr, lo sabía, faltaba poco. Mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm empecé a convulsionarme, pero no quité los dedos de mi coño, los seguía moviendo. saqué la mano que tenía en el culo y me tapé la boca con ella. Para reducir la violencia de mis gemidos me mordí el puño. ¡Qué gozada! Me recuperé poco a poco. El chico ya no estaba, no sé si se perdió el final. Me quedé sentada en el suelo, empapada. Seguía disfrutando del orgasmo que había tenido gracias a ese chico. Cerré la cortina. No quería ser molestada. Después de unos minutos me reincorporé, me limpié un poco con un pañuelo, y comencé a ponerme la ropa para dirigirme a la salida. Me voy a la caja... "35 euros"dijo la cajera. "¿35 euros sólo?" Está regalado... una falda, un vestido y ¡un orgasmo! ¡La semana que viene quizá vuelva otra vez, haber si puedo mejorarlo. Pagué y me fui.

1 comentario:

  1. Qué gran relato, uno de mis favoritos, lo que hubiera dado por estar en el centro comercial.
    Habría hecho muchas cosas y me pone bastante imaginarte primero con el top rojo con encaje, dejando volar un poco la imaginación. Y luego con el vestido, si es como el negro de la imagen, con o sin medias te quedaría precioso, si yo fuese ese chico hubiera buscado la forma de ganarme otros minutos contigo, la entrada inesperada la hubiera hecho más rápida y mucho más fuerte y disfrutarla unas tres veces, antes de salir del vestidor, a diferencia de una entrada rápida, así las ansias no se calman mucho. Degustar un poco mas de ti seria lo principal, en especial casi llegando al final. Limpiar con mi lengua tus ricos jugos y sentir la suave piel de tu depilado sexo, besar tus rosados y húmedos labios y disfrutar hasta la última gota de ti recogida con cada roce de mi lengua dejándote completamente limpia. Nuevamente me deje llevar por el escrito y la imaginacion y nuevamente solo es una parte de la imagen.

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