Andrea XXXVIII, follando a escondidas.

El viernes por la noche, cuando salí del gimnasio, estaba lloviendo y aunque la casa de mis tíos queda bastante lejos, decidí ir andando, ya que no llovía demasiado fuerte.Lo malo fue que cuando estaba a mitad de camino, empezó a llover bastante y me estaba mojando toda.
Vi que un coche paraba a mi lado y tocaba el claxon, era un amigo de mi tío y vecino, vive practicamente al lado.
Subí al coche, agradecida porque me hubiera reconocido, se hubiera parado y ofrecido a llevarme a casa.
Tomás es un hombre maduro, de unos 49 años, pero está de muy buen ver, la verdad, siempre me llamó bastante la atención. A veces me preguntaba como sería sentir esas manos recorriendo mi piel, tan grandes, fuertes y a la vez tan suaves como parecían.
Con todos esos pensamientos viajando por mi mente, empecé a sentir que me mojaba en una zona, que hasta aquel momento era la única que se había mantenido seca. No pude evitar ponerme roja, cosa que no entiendo ni ahora, porque no me suelo avergonzar de estas cosas.
Comencé a imaginarme cosas, que de repente él me miraba, que veía lo puntiagudos que tenía mis pezones marcados por mi top mojado, pero no lo hizo, no me miró ni una sola vez, eso me dio mucha rabia, porque realmente lo quería.
Deseaba que aparcara el coche a un lado de la calle y me follara con todas sus ganas y con todas sus fuerzas, pero eso no pasó. Creo que me gustan las cosas difíciles, creo que me gustan los retos y él, realmente es uno de ellos.
Eso me ponía más caliente, no podía parar de mirarle de reojo, sus manos, su boca, su cuerpo tan masculino, tan hombre, me ponía a mil; y aún más saber que no lo iba a tener, que no lo iba a probar.
Me bajé de aquel coche, quedándome con las ganas de probarlo, de que me follara; me bajé totalmente mojada, por fuera y por dentro, pero ardiendo de calor. Sentía mi chocho muy caliente y necesitaba calmarlo.
Subí a la habitación de mis tíos, los dos estaban dormidos en la cama, pero necesitaba la polla y el cuerpo de mi tío, tenía que calmar esas ansias de sentir el cuerpo de un hombre.
Me acerqué a la cama y metí mi mano por debajo de la ropa hasta tocar la pierna de mi tío y fui avanzando hasta llegar a la polla, que nada más sentir el contacto de mi mano, comenzó a crecer.
Él se despertó y al verme allí, se llevó una sorpresa, salió de la cama de golpe y cogiéndome de la mano me metió en el baño que tienen en la habitación y cerró la puerta con el pestillo.
"¿Que crees que haces? Como tu tía se enteré que follo contigo se armará una buena"
"No tiene porque enterarse. Necesito follar"
 Aún no había terminado de hablar, cuando mi tío comenzó a quitarme la ropa de una manera desenfrenada, mientras me arrinconaba contra la pared del baño y me manoseaba por todo el cuerpo.
Bajó hasta mi coño, me abrió las piernas y metió su cara entre ellas, jugando con su lengua por mi raja, de arriba a abajo, haciéndome temblar de gusto y soltar un pequeño gemido.
Subió y me tapó la boca, susurrándome al oído.
"Shhhhhh, no hagas ruido"
"Tengo que hacer pis."
"Ven"
Se acostó en la bañera e hizo que me pusiera de cuclillas encima de su cara, pidiéndome luego que meara, que quería beber de mi pis y sentirlo por su cara. Eso me excitó muchísimo. Me puse en cuclillas encima de su cara, dejando que se deleitara con la imagen de mi coño depiladito y mojado  y mi agujero totalmente abierto. Luego le solté el chorro de pis que le cayó por su cara. Él abrió la boca, dejando que mi meo le entrara en ella, para luego soltarlo por los bordes y saborear lo que le quedaba en la boca.
Cuando terminé de hacer pis, se tragó las últimas gotas y me pasó toda su lengua por todo mi chocho para limpiarlo.
Se levantó y me pidió que me acostara y entonces me echó un chorro de meo por todo mi cuerpo, por mi cara, por mis tetas, por mi coño. Para luego darme a chupar su polla, dejándola bien limpia y haciendo que volviera a estar dura, grande y gorda.
Fue hacia la ducha y abrió el agua.
"Así podrás gemir bajito"
Nos metimos en la ducha y me puso encima de él, para luego clavarme de golpe la polla en el chocho, hasta el fondo, de una sola embestida. Noté como su polla crecía en mi interior, haciéndose sitio y él cada vez me clavaba la polla con más fuerza. Yo sentía una mezcla de dolor y placer, que me volvía loca, hasta llegar un momento en que lo único que sentía era gusto y necesitaba más. Quería más fuerte, más hondo, más rápido. Y él lo sabía, y me lo dio, mientras me hundía sus uñas en mis nalgas, hasta el punto de hacerme daño, pero el dolor se fue en el momento en que metió la polla hasta el fondo, corriéndose en mi interior y haciendo que yo también me corriera; los músculos de mi coño apretaron su polla, para luego soltarse y con ellos soltar todo el líquido que tenía dentro, derritiéndome en sus brazos, mientras que ahogaba mis gemidos en su hombro.
Después de secarse salió para meterse de nuevo en la cama y al poco rato salí yo. Mi tía estaba totalmente dormida, no se había enterado de nada, y eso me hacía sentir mucho morbo. Salí de la habitación y me acosté en mi cama, preguntándome , hasta quedarme dormida, si con el vecino, ese hombre que me había llevado a casa, sería tan excitante como con mi tío.
El ganador de este último concurso es Duckoy, así que ya sabes, ponte en contacto conmigo para quedar un día a una hora que nos venga bien a los dos. Estoy deseando tener esta experiencia contigo.

1 comentario:

  1. Pues ya te he escrito, cuando respondas vamos viendo cuando nos va bien a los dos.

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