Andrea LIII, la pizza mejor "caliente".

Entregar una pizza a domicilio puede convertirse en una de las mejores experiencias de la vida... Lo que voy a contar me sucedió este fin de semana y os aseguro que ha sido una de las experiencias sexuales más enriquecedoras, intensas y deliciosas que he tenido.
Para mantenerme ocupada y ganar algo de dinero, acepté trabajar como encargada en la pizzería de un amigo de mi tío. Debía cobrar y vigilar que todo funcionara correctamente en el área de atención al público. El viernes después de facturar algunos pedidos, algo hizo que mi atención se desviará a algo que no era la caja. En frente de mí se me puso una chica que me llamo la atención de una forma fulminante, su nombre es Selena, una mujer de 38 años, rubia, de ojos verdes espectaculares, de estatura media, muy voluptuosa y preciosa.
Selena era clienta fija de la pizzería, ya la había visto alguna vez que había ido a merendar con mis primas. Pero nunca había despertado mis instintos como hizo el viernes. La piel se me erizó y hasta me puse a sudar.
El sábado por la tarde había que hacer una entrega a domicilio, a nombre de una Sra. Valdivieso, y no se encontraba ninguno de los repartidores por estar ocupados en otras entregas, por lo que me ofrecí a entregarla yo, ya que la dirección me quedaba en el camino a casa. Al llegar al edificio indicado, toqué el timbre y una voz de mujer me indicó que subiera, lo que no me agradó mucho pues estaba un poco apurada. Mi sorpresa fue grandísima cuando al llamar a la puerta del departamento, quién abrió era Selena. El corazón empezó a latirme rápidamente y comencé a sudar como una fuente, lo que me perturbaba.
Me saludó amablemente y con nerviosismo le expliqué que me había tocado hacer la entrega porque no había ningún repartidor, a lo que ella respondió con una sonrisa. Me invitó a entrar mientras buscaba el dinero. Selena llevaba puesta una pequeña bata de seda y sin nada de ropa interior. Eso me puso malísima e hizo que empezará a mojarme como una zorra en celo.
El piso estaba un poco desordenado, con mucha ropa nueva de mujer sobre la mesa y algunos muebles. Me explicó que era parte de la ropa que vendía en su tienda y que si deseaba podía probármela. Cuando empecé a rebuscar entre la ropa algo que me gustase, una puerta se abrió y frente a mí se puso una mujer realmente preciosa, de unos 30 años, con un cuerpo escultural, también vestida solo con una diminuta bata de seda. Se llamaba Sonia y estaba tan buena o más que Selena. Me dijo que era una clienta y amiga suya, que había ido a ver la ropa nueva que había llegado. Se pusieron a hablar conmigo de la ropa que había en el lugar, mientras Selena seguía buscando el dinero. Me mostraron todo, me sentía a gusto hablando con ellas y viendo aquella ropa tan bonita. Al ver cómo me interesaba por uno top, Selena me miro y me dijo:
-"¿Te gusta el top?, te lo regalo."
Yo en un principio lo rechace, pero ella insistió diciendo:
- "No acepto que me digas que no. Yo te he retrasado y no es justo. Además, estoy segura que ese top a ti te va a quedar muy bien, tienes un cuerpazo."
- "Tienes razón" – dijo Sonia –" A ella seguro que le quedara muy bien todo lo que hay aquí."
Insistieron tanto que no tuve más remedio que aceptar, además de que era una oferta que no podía rehusar ya que de verdad ese top me encantaba. Les dije que si podía ir al baño a probármelo, pero ellas me dijeron que no fuera tan vergonzosa, que me la probara allí mismo, que a ellas eso no les importaba. En eso, y sin previo aviso, Sonia se quitó la bata quedándose completamente desnuda. Mi corazón se puso a mil, cuando vi aquel cuerpo escultural totalmente desnudo. Sus tetas eran preciosas, grandes y firmes, y ni hablar de su culo. Cualquier hombre daría lo que fuera por follársela. Empezó a probarse parte de la ropa mientras yo no hacía otra cosa que mirarla.
Cuando me di la vuelta hacia Selena me di cuenta que ella tenía la bata totalmente abierta y también podía ver sus tetas y su coño, lo que hizo que me sintiera aún más cachonda. Me miró y me dijo que no perdiera más tiempo, que me pusiera el top. Me quité mi camiseta, luego el sujetador, dejando al descubierto mis tetas. En ese momento sentí que Selena y Sonia me devoraban con la mirada y que me dejaban totalmente desnuda.
Me puse el top y las dos empezaron a hacer comentarios de lo bien que me quedaba. Le dije a Selena que me gustaba como me quedaba y que me quedaría con él. Ella dijo que estaba de acuerdo, pero que eso no era lo único que me podía llevar, que eligiera algo más. Casi inconscientemente respondí que no podía, pero ella volvió a insistir diciendo que me lo dejaba a mitad de precio. Era una oferta tan tentadora que nuevamente no me pude resistir, así que escogí un bikini espectacular que estaba segura me serviría. Me desnudé y me puse el bikini. Esta vez sí que fui al baño a probármelo, cuando salí nuevamente al salón. Mi sorpresa fue gigantesca cuando vi a Selena sentada en un mueble, sin la bata y totalmente desnuda, y a Sonia bailando frente a ella, quitándose lentamente la poca ropa que tenía puesta. ¡Le estaba haciendo un striptease! Yo no podía ni hablar. Estaba tan sorprendida que no atinaba a reaccionar.
En eso Sonia me vio, se sonrió y me hizo señas para que me acercara. Me di la media vuelta para regresar al baño y oí a Selena decirme “Quédate Paola. Quédate y disfruta lo que vas a ver”. Sonia ya estaba totalmente desnuda también. Se sentó al lado de Selena y ambas se fundieron en un grande y apasionado beso. Pude ver como sus lenguas se entrelazaban mientras que con sus manos se acariciaban el cuerpo. Mi morbo, acompañado por una gran excitación se acrecentó cuando las vi besarse, me quedé parada observándolas tímidamente.
Ahora Sonia estaba chupándole y mamándole las tetas a Selena. Su lengua pasaba por los pezones duros, los empapaba y después se ponía a mordisquearlos o a chuparlos. Se separó y entonces fue Selena quién empezó a comerle las tetas a Sonia. Parecía querer devorarlos, pues aplicaba completamente la boca sobre ellos. Sonia se agachó frente a Selena, que abrió completamente las piernas, y en ese momento sentí que el corazón se me iba a salir, pues se puso a comerle el coñito. Me encontraba mojadísima y muy excitada, lo que me impulsaba a seguir viéndolo todo.
Selena me miraba, sonreía y gemía mientras Sonia le comía el chocho. Su cara era de total placer, el mismo que yo sentía que me estaba transmitiendo, como si yo estuviese hipnotizada.
Sonia se levantó, me miró y me lanzó un beso junto con un guiño de ojo. Selena la sentó en el mueble y ahora fue ella quién se puso a comerle la almeja. Ella agarraba a Selena por el pelo y la oprimía contra su coño, a la vez que lanzaba pequeños gritos y gemidos de bastante placer. Levantó las piernas, abriéndolas más y pude ver perfectamente su chocho afeitado, rosado y húmedo. Selena estaba masturbándola a la vez que se la comía y chupaba toda. Sus dedos entraban y salían de aquella almeja que parecía llamarme a gritos.
Mi grado de inconsciencia y excitación era tal, que sin darme cuenta me había ido acercando hacia las dos, hasta estar prácticamente al lado de ellas. Al estar así, tan cerca, viendo todo mucho mejor, oyéndolas muy bien, oliendo el exquisito aroma del sexo.
Cuando volví a reaccionar me encontré sentada junto a Sonia, observando con ansias como Selena le devoraba la almeja. Por la posición en que me encontraba, el pecho de Sonia quedaba a la altura de mi cara, por lo que me quedé contemplando el pezón erecto que me invitaba a comerlo. Sonia empezó a tocarse sus preciosos pezones, lo que hizo que me excitara aún más, por lo que sin pensarlo más me precipité sobre él. Abrí la boca lo más que pude, tratando de tragarme su teta completamente, buscando que entrara completamente en ella. Con la lengua podía sentir el duro pezón que tanto había deseado saborear. Lo lamía, mordisqueaba, chupaba y mamaba deleitándome en la embriagadora sensación que estaba experimentando.
Sonia me cogió por el brazo y Selena por una pierna. Selena se levantó, acercó su cara a la mía y dijo casi susurrando: “Relájate, entrégate y disfruta esta experiencia que va a ser la mejor de tu vida”. Selena me besó en la boca dulce y apasionadamente. Jamás me habían besado tan bien y mientras lo hacíamos Sonia me quitaba el bikini. Solo cuando quedé totalmente desnudita fue que las dos mujeres entraron completamente en acción, quedándome a merced de la lujuria de ambas.
Las tres nos sentamos en el mueble. Ahora éramos Sonia y yo quienes nos besábamos mientras Selena empezaba a jugar con mis tetas. Cuando sentí su lengua tocar uno de mis pezones, me separé de Sonia para poder verla hacerlo. Las dos mujeres se pusieron a chuparme y mordisquearme las tetas, lo que hacía que me sintiera en las nubes. Selena se puso de rodillas frente a mí. Su cara era de total lascivia. Yo estaba tan asustada que no podía reaccionar. Estaba siendo follada por dos mujeres bastante mayores que yo, que estaban haciéndome sentir cosas deliciosas.
Con una delicadeza increíble Selena separó mis piernas y se puso a besarme en los muslos. Vi que devoraba con la mirada mi almeja, ambas estábamos deseando que me la comiera con la boca. Con la misma delicadeza colocó sus dedos en mi chocho, lo que hizo que me estremeciera, separó la piel y lo dejó completamente abierto a su disposición. Me lo besó como si me besara en la boca y luego empezó a pasarle la lengua, lamiéndolo completamente. El corazón me latía a mil, pero aumentó su velocidad cuando sentí y vi que Selena ya no solo me lo lamía, si no que me lo estaba mamando e introducía sus dedos en mi rajita. Era muy diestra con su lengua y sus dedos. Subía, bajaba, entraba y salía de mi hueco a placer. Con Selena comiéndome la concha y Sonia, que seguía mamándome las tetas, creí que me iba a correr casi inmediatamente. En eso Selena se levantó y me volvió a besar en la boca. Su lengua tenía el sabor a mi coño, lo que me gustó tanto que cuando trato de separarse, la detuve y nos seguimos besando a boca llena.
Ahora era Sonia la que ocupaba el puesto de Selena. No me chupaba el coño, si no que me masturbaba. Selena se puso a besarme y mordisquearme las orejas, el cuello, los labios, hasta que llegó a mis senos y nuevamente se puso a chupármelos. Sonia hizo que subiera las piernas al mueble y me recostara un poco más, para también poder jugar con mi culo. Lo primero que hizo fue besármelo. Cuando metió uno de sus dedos en él, automáticamente arquee el cuerpo, el placer me desbordaba. Con su lengua iba de mi chocho al culo y viceversa. Entre tanto Selena siguió bajando, besándome y lamiéndome toda, me excité muchísimo cuando empezó a besarme y lamerme el pie, hasta que llegó a mi coñito y volvió a comérselo. Sonia se le unió y el verlas hacerlo me ponía cada vez más caliente.
Todo se aceleró cuando se hicieron con mi clítoris. En ese momento mis gemidos fueron más fuertes. Sonia lo tocaba con la lengua y lo succionaba como si de una polla se tratara y las dos se turnaban para comérselo y jugar con él. Llegué a un punto en el que ya no gemía si no que gritaba “¡Más!, ¡más! ¡Ahhjjj! ¡Sí, así! ¡Ahhjjj!”. Las dos mujeres aceleraron su trabajo lo que provocó que me corriera en la boca de ambas. Sentí que un río caudaloso brotaba de mi almeja y pude ver como las dos se bebían todos mis jugos. Cuando se incorporaron vi que tenían las caras empapadas en mis fluidos. Se acercaron y empezamos a besarnos las tres y a jugar con nuestras lenguas al mismo tiempo y yo trataba de lamerles toda la cara, para poder saborear otra vez todos mis jugos.
Me encontraba exhausta y jadeante, pero mis dos amantes no dejaron que descansara un poco. Sonia me levantó e hizo que me pusiera de rodillas sobre el mueble, quedándome en cuatro patas e inmediatamente se pusieron a comerme nuevamente mi coñito. Otra vez empecé a sentir lo mismo que antes. Selena empezó nuevamente a recorrer muy dulce y suavemente todo mi cuerpo desnudo, con besos, lengüetazos y caricias.
Cuando llegó a mi boca empezamos a jugar con nuestras lenguas, entrelazándolas, chupándonoslas y dándoles pequeños mordiscos. Ella se sentó frente a mí, en uno de los brazos del mueble, quedando sus tetas a la altura de mi boca. Traté de meterme toda su teta en mi boca, pero era tan grande que no cabía. Con mi lengua empecé a sentirlo, duro, erecto, algo realmente fascinante. Le chupé, lamí y mordisquee las tetas a placer, mientras ella gemía y me acariciaba el pelo con una mano y con la otra me pellizcaba los pezones. Abrió las piernas dejando ante mí un manjar afeitadito que se me hacía muy apetitoso. Sonia se acercó a mi oído y dijo:
- "Anda no te rajes. Cómele el coño como la buena lesbianita que estás demostrando ser".
Con una mano Selena separó los pliegues de piel de su coño dejando al descubierto todo el manjar rojo y húmedo. Acerqué la cara poco a poco. Cuando estuve muy cerca pude percibir su olor, que me pareció tan excitante. Lo primero que hice fue besarle el coño como ella lo había hecho con el mío. Estaba completamente entretenida devorando el coño de Selena, cuando sentí algo fuerte que me desgarraba la carne de mi chochito. Cuando me voltee vi a Sonia detrás de mí, con una especie de correa moviéndose al mismo ritmo de lo que me estaba penetrando. Mi sorpresa fue enorme... ¡Era un polla de goma y con ella me estaba follando por detrás! Empecé a jadear y gemir muy fuertemente, tanto que estoy segura que todos los vecinos debieron oírme. En eso Sonia me dio una nalgada diciendo “Vamos mi pequeña zorrita. ¡Sigue mamándole el coño!”. Selena me cogió por la cabeza y me pegó a su chochito. Seguí comiéndoselo mientras gemía de puro placer. Empecé a chuparle el clítoris lo que hizo que Selena empezara a moverse y a gemir más fuerte por lo que no tardó en correrse en mi boca. Cuando sentí que se venía apliqué toda la boca para poder beberme todo su néctar. Sentía que un líquido espeso descendía por mi garganta y me saciaba por completo. Era un jugo tan exquisito que hizo que yo también me corriera en la polla de Sonia.
Ahora estaba más exhausta que antes, pero con hambre y deseo de mucho más. Por eso estuve de acuerdo con mis dos chicas en que debíamos seguir. Ahora era Selena quién tenía puesto la polla. Al verlo un impulso incontenible de darle una mamada se apoderó de mí. Mientras lo hacía Sonia se puso a chuparme nuevamente las tetas y Selena se sonreía sorprendida por mi iniciativa.
- "¡Eres una golosa!" – decía riendo.
- "Es una viciosa" – dijo Sonia – "Creo que hemos encontrado a una buena putita..."
Hicieron que me acostara boca arriba en la alfombra y que abriera y levantara las piernas. Sonia me besaba y Selena me chupaba el coño. Otra vez era el centro de la orgía de sexo y placer que habíamos montado las tres. Sonia se sentó nuevamente en el mueble y Selena me dijo que le chupara los pies a Sonia, y no dudé en hacerlo. Eran unos pies hermosos, que de verdad provocaba besarlos.
Mientras se los lamía, chupaba y besaba, Selena me penetró dulce y suavemente. Empezó a moverse a un ritmo suave y pausado, mientras que yo gemía de placer y seguía entretenida con Sonia, que en eso se movió y se puso de rodillas sobre mi cara, mirando hacia Selena, quedándome su coño a disposición para comérmelo. Las tres nos fundimos nuevamente en una atmósfera de pasión, lujuria, deseo y sexo que iba aumentando paulatinamente. Selena me follaba mejor que lo que lo haría un hombre, Sonia y ella se besaban y chupaban las tetas, y de vez en cuando me lamían los pies, mientras que yo me encargaba de devorar todo el coñito de Sonia. Era un momento perfecto y maravilloso que deseaba que jamás terminara. Las tres nos corrimos juntas en un orgasmo intenso. Estuve un buen rato bebiendo, sorbiendo y lamiendo todos los jugos de Sonia, mientras ellas me daban las últimas caricias.
Cuando nos incorporamos nos quedamos sentadas totalmente rendidas por el cansancio. Nos besábamos tierna y dulcemente, cuando entre las dos me abrazaron y quedé recostada contra ellas, con la cabeza a la altura del pecho de Selena.
- "¿Qué tal Paola?" – preguntó Sonia.
- "Buff genial, he disfrutado al máximo..."
- "Sí, nos dimos cuenta que te ha gustado" – dijo Selena.
- "Gustado no, me ha encantado y quiero repetirlo" – les dije.
Dicho eso, las tres nos pusimos a jugar nuevamente con nuestras lenguas. Me contaron que se conocieron en la tienda de Selena hacía un año y que desde ese momento se habían hecho pareja. Sonia me contó que antes de Selena ella nunca había tenido relaciones lésbicas, que Selena la había seducido. También Selena me confesó que desde que me había visto por primera vez, le había gustado y que hasta había pensado en seducirme. Me contaron cómo se sorprendieron cuando vieron que era yo la que había llevado la pizza, que parecía un sueño hecho realidad, y que habían decidido no perder la oportunidad de follarme.
Al nombrar la pizza, reaccioné como impulsada por un rayo. Me levanté y les dije que me tenía que vestir para irme, que ya se estarían preguntando dónde estaba. Selena se levantó cogió su monedero y me dio el dinero de la pizza, aunque yo no lo dude ni un momento. Esa pizza corría de mi cuenta, ya me la había cobrado y bien cobrado. Ambas sonrieron y me invitaron a ir a una de sus fiestas y reuniones con otras chicas, que siempre terminaban en unas tremendas orgías. Una proposición muy sugerente, que no pude rechazar, ya os iré contando.

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