Andrea XXVIII, sexo a dos bandas.

El martes por la mañana vinieron a casa una amiga de mi prima y su novio. No es que hiciese mucho calor pero tampoco hacía frío, así que nos fuimos todos al jardín donde la piscina. Nos sentamos todos en la mesa y estuvimos tomando algo y charlando.
La amiga de mi prima llevaba un escote que dejaba muy poco a la imaginación y yo notaba como mis ojos se me iban cada dos por tres a esas pedazo de tetas. Ella se dio de cuenta y lejos de molestarle, le encantó, porque justo en ese momento, abrió más el escote, para que parte de sus tetas salieran de él.
Eso no hizo más que ponerme más nerviosa y cachonda, noté que me acaloraba y llamé la atención de su novio, que al momento se percató de lo que me pasaba.
Pero esa situación no le molestaba, incluso le excitaba, comenzó a preguntar sobre gustos sexuales hasta que llegó mi turno.
Yo le dije que me gustaban tanto las chicas como los chicos, y eso hizo que sus ojos brillaran.
"¿y te acostaste con chicos y chicas?"
Le contesté que había probado todo. "Así que tienes mucha experiencia ¿no?"
A lo que contesté sin cortarme nada "¿Quieres probar lo experimentada que soy?Así puedes descubrirlo por ti mismo."
Al mirar la cara que puso su novia, supe que había metido la pata, pero en ese momento fue lo que quise decir, porque ese chico me puso tan caliente, que la verdad tenía ganas de probar su polla y me daba igual que su novia estuviera allí; además había sido él quien había tirado las indirectas, fue él el primero en desearlo.
Mi prima me dijo que la acompañara a la cocina y me dijo que su amiga era bisexual, que al chico le gustaba que ella follara con chicas, pero que lo único que le había interesado desde el principio era que su novia follara conmigo. Yo no estaba tan segura, me miraba con demasiado deseo; por algún motivo sabía que yo le ponía cachondo.
Cuando regresamos les propuse meternos en la piscina, y aunque ellos no llevaban bañador, se metieron igual. Al saber que era lo que querían de mi, me acerqué a ella y comencé a rozarle la piel, por debajo del agua; ella se estremeció, pero al rato también me estaba tocando la cintura y el culo.
Fue quitándose la ropa interior con la que había entrado en la piscina, hasta quedarse totalmente desnuda, mientras tanto él no nos quitaba el ojo de encima, sobre todo a mi y me pareció ver como se tocaba la polla debajo del agua.
Mi prima decidió irse, aún no sé muy bien porque.
El caso es que yo me quedé allí con ellos; Laura, que así se llamaba, se acercó cada vez más y empezó a tocarme por las tetas hasta que me las dio sacado del bikini, para luego comenzar a chuparlas. Después se las chupé yo a ella, eran gordísimas, pero estaban bien puestas, duritas y con los pezones bien grandes y puntiagudos.
Al poco rato, supe que necesitaba algo más, así que subí y me senté en el bordillo de la piscina y apartando un poco el bikini a un lado, le dí a probar mi depiladito coño, el cual ella chupó como si nunca hubiera probado nada igual; por momentos me lo mordisqueaba y eso me hacía gemir de placer. Rubén, así se llamaba su novio, se la estaba cascando, en ese momento lo supe con claridad, por la manera que tenía de mover la mano y el brazo con el que se la estaba pelando.
Tenía cara de deseo, de querer follarme, no dejaba de mirarme a la cara; y con cada gemido que yo daba se volvía loco, se destrozaba la polla y gemía él también.
Luego se lo hice yo a ella, se sentó en el bordillo y yo me volví al agua; le abrí bien las piernas y comencé a chupárselo poco a poco jugando con su clítoris, hasta provocarle tal placer que se mojaba como si se estuviese meando. Luego le lamí todo el coño de arriba a abajo y de abajo a arriba, primero muy despacio y luego más rápido. Como ella a mí, le dí pequeños mordisquitos, y le agarraba con los dientes un poco de chocho y se lo estiraba con los dientes para luego soltárselo, así repetidas veces. Eso le hizo enloquecer. Con la excusa de querer ver mejor, Rubén se acercó y comenzó a tocarme por todas partes bajo del agua, incluso me metió mano por debajo del bikini, tocándome el chocho me puso a mil y empecé a meterle dedos por el chocho a Laura. Ella se recostó hacia atrás y se dejó hacer, mientras se tocaba las tetas y gemía como una loca.
Mientras él, aprovechando que su novia no nos podía ver, se sumergió bajo el agua, me quitó el bikini y me chupó el coño a la vez que me metía dedos.
Luego subió muy pegado a mí, rozando su cara con mis tetas. Pasó la punta de su lengua por mis pezones pero sin pararse a chuparlos, cosa que me encendió más, por que yo realmente quería que lo hiciera. Se apartó y siguió mirándome y tocándose.
"¡Sigue!" me dijo Laura. Sin darme cuenta, había dejado de mover los dedos dentro de su chocho.
Me encantaba, estaba tan mojado que mis dedos resbalaban y tan abierto que podía meterlos con total facilidad.
Seguí metiendo dedos hasta que le metí toda la mano en el coño y luego le metí por el culo; los moví muy rápido hasta que ella, al no poder aguantar más se corrió, llenándome completamente las manos de su flujo, que luego lamí hasta no dejar ni gota.
Salimos de la piscina y yo me fui a mi habitación para cambiarme. Estaba totalmente desnuda cuando sentí que alguien me agarraba por la cintura y que una polla realmente dura y gorda rozaba contra mi culo.
Era Rubén. "Ella ya disfrutó, ahora nos toca a nosotros" Sin dejar que siguiera hablando, me lancé hacia él, comiéndole la boca, era lo que había deseado desde el principio. Me cogió por las nalgas y abriéndome las piernas para rodear su cintura me dejó caer de golpe en su tremenda polla, que estaba totalmente erecta, dura y gorda. Nos pusimos encima de la cama y empezamos a follar como locos. Me empujaba con una fuerza que hacía que la cama se moviera. Los dos habíamos tenido ganas de follar desde que nos habíamos lanzado las indirectas.
Luego me puso a cuatro patas y me metió la polla por el culo con la misma fuerza que lo había hecho por el coño, mientras me tocaba el clítoris. Sentí como su pollón se hinchaba dentro de mi chocho, el cual ardía de calor y estaba empapado de flujo. Gemíamos bajo, para que no nos escucharan abajo, pero nuestras caras estaban llenas de placer, cada centímetro de nuestro cuerpo temblaba como no lo había hecho nunca, hasta que nos corrimos los dos. Fue bastante rápido, para que no nos pillaran, pero muy intenso.
Después bajó, y un poco más tarde bajé yo. Creo que no se notó nada, pero entre nosotros saltaban chispas, la atracción que sentíamos el uno por el otro no se había terminado al follar. Necesitaba más y sé que él también. Así que estoy deseando volver a verlo. Y por lo contenta que quedó su novia Laura, creo que no tardaremos mucho tiempo en encontrarnos de nuevo.

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