Andrea IX, de excursión.


Ayer por la tarde mis primas me invitaron a ir de excursión a la montaña y acepté encantada, hacía muy buen tiempo y así podría descubrir un poco más de la zona. Caminábamos por un sendero, rodeadas de árboles con follaje muy verde, naturaleza por todos lados, pájaros cantando y todas esas historias; vamos a lo que vamos, por que como os estaréis imaginando, pasó algo. Las tres teníamos ganas de mear, y yo tenía ganas de verlas haciendo pis, así que dije, que a ver quien meaba más. Nos pusimos unas en frente de otras, nos subimos las faldas apartándonos los tangas y empezamos a mear de pie. Yo miraba como les caía el pis hasta el suelo, me ponía mogollón verles sus chochos y ese líquido saliendo de ellos, me calentaban sus cuerpos con las piernas abiertas y deseaba tocarlas, besarlas, chuparles el chocho... Ellas también estaban con ganas, se lo notaba. Cuando terminaron de mear me acerqué a ellas y les pregunté que si querían que les limpiara el chocho con la lengua y cual fue mi sorpresa cuando las dos me dijeron que sí. Me agaché en cuclillas y pasé mi lengua por el chocho de Verónica, últimamente notaba que me miraba con deseo, así que decidí comenzar con ella. Me agarró de la cabeza y entre gemidos me dijo que se lo limpiara muy bien, que siguiera limpiando y yo lo hice se lo limpié a la perfección, lo más adentro posible y de abajo a arriba por todo el chocho. Clarisa se acercó porque también quería y se lo empecé a chupar, cuando se me ocurrió algo que me excitaba y creo que a ellas también. Le dije a Verónica que se lo chupara a Clarisa, su hermana, y ella aceptó encantada. Se agachó y se lo chupó con ganas, con deseo, como si llevara mucho tiempo queriéndolo hacer y Clarisa la agarró del pelo y le gritaba que siguiera chupando hasta dejárselo seco. Yo mientras las tocaba, le acariciaba el chocho a Verónica y luego las tetas a Clarisa. Quería verselas, esas grandes tetas, así que le saqué la ropa, se las dejé al aire, desnudas y le chupé los pezones. Luego las dos se agacharon y empezaron como locas a chuparme el chocho, me encantaba verlas agachadas chupándomelo y rozando lengua contra lengua. Verónica empezó a tocarme con sus dedos, metiéndomelos por el chocho bien al fondo y entonces yo abrí más las piernas para que me metiera más dedos y lo hizo. Y Clarisa me los metió por el culo hasta que lo tuve bien abierto y mojado. Las dos de vez en cuando me pasaban la lengua mientras me metían los dedos y eso me volvió loca, tanto que me corrí como si me hubiera vuelto a mear. Luego hicimos lo mismo con Clarisa, dedos por el culo y por el chocho, y por último con Verónica hasta que nos corrimos todas. Luego nos fuimos hacia casa, eso si más mojadas de lo habitual.

No hay comentarios:

Publicar un comentario