Andrea VII, al límite





Por fin es fin de semana! Hoy me apetece hacer locuras, estar al límite, que estuvieran a punto de pillarme follando con alguien. Hace buen día, así que decido ir a tomar el sol y darme un baño en la piscina de casa de mis tíos. Cual sería mi sorpresa cuando lo ví a él, un chico de unos 25 años en el jardín, estaba arreglando el césped. Estaba buenísimo! Y yo estaba tan cachonda! Se me pasaron por la cabeza mil cosas que hacer con él, pero ni se había fijado en mi. Estaba totalmente decidida a llamar su atención, a que quisiera follarme en cualquier sitio, que le diera morbo la posibilidad de que pudieran pillarnos. Me quité la parte de arriba, empecé a echarme crema solar por todo el cuerpo y me eché en la tumbona. Puse música para que supiera que había alguien allí y cuando me dí cuenta que me estaba mirando comencé a tocar mi cuerpo. Acaricié mis tetas y pellizqué mis pezones hasta que los puse de punta. Miré hacia él, que no paraba de mirarme y morderse el labio; estaba a mil. Metí mi mano por debajo del tanga del bikini y me empecé a restregar el chocho; cuando estaba toda mojada me quité la parte de abajo, abrí las piernas para que me viera bien mi agujerito y entonces él se acercó sacándose la camiseta y la polla del pantalón. Se me echó encima y me la metió hasta el fondo, follándome con ganas, con fuerza. Luego, me puso a cuatro patas y me metió la polla por el culo mientras me daba palmaditas en él y me agarraba por el pelo. Me apetecía hacerlo más morboso, así que me lo llevé a la cocina; me acostó encima de la mesa y me chupó el chocho. Luego se fue a coger el rodillo de cocina que estaba en la encimera y me dijo que me lo metiera por el culo mientras el me daba por delante. Me encantaba, estaba totalmente abierta y mojada, gimiendo como una loca, me daba igual que nos descubrieran, es más quería que lo hicieran, me daba mucho morbo. Tan calientes estábamos que le ofrecí un chapuzón. Él aceptó encantado, así que nos fuimos hacia la piscina, me senté encima de él y follamos hasta que nos corrimos los dos. Nos vestimos y siguió trabajando, justo cuando llegó mi tía, toda acalorada. Creo que nos vió, pero no dijo nada. Para despedirme de él, aparté el tanga, abrí las piernas y me pusé a mear, eso le encantó, lo puso a mil. Cuando se marchaba me dejó una nota "Me encantó follarte, espero que para la próxima estrenemos la ducha y la habitación de tus tíos." Por supuesto, estoy deseando que crezca el césped.

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