Andrea II, la presentación


Clarisa me está esperando para ir a clase. Tenemos que ir andando un rato y luego coger un autobús.
Las calles están vacías practicamente,solo hay algún madrugador haciendo deporte o sacando la basura ; las casas son todas de planta baja con jardín , tienen un garaje adosado y un pequeño camino hasta la puerta de entrada.
Ya llegamos a la parada del bus. Mientras estamos esperando me doy cuenta de que necesito desesperadamente tener sexo, estoy demasiado caliente, se me van los ojos una y otra vez al impresionante escote de mi prima.
No paraba de imaginarme como serían sus tetas, sus pezones; deseo pasar mi lengua por ellos o acariciarlas con mis manos.
Notaba como me iba mojando el tanga a la vez que pensaba en sus increibles, grandes, redondas y firmes tetas en mi boca. Empecé a imaginarme con ella en la ducha, el agua deslizandose por su piel, resbalando por sus pezones; yo enjabonándola por todo su cuerpo, restregandonos la ducha por nuestros chochos.
Me encantaba la idea, deseaba que pasara eso, pero ¿pensaría ella lo mismo? ¿me desearía tanto como yo a ella? ¿o le parecería una locura por el parentesco que nos une?
Llega el autobús y nos subimos. Es bastante antiguo, con los asientos destrozados y pintados por todas partes.
Sentado, al fondo, hay un chico guapísimo. Es moreno, con el pelo corto, ojos verdes y unos labios que podrían hacer maravillas. Es alto y se nota que es deportista.
Nos sentamos cerca de él y me pareció sentir que no dejaba de mirarme, así que subí un poco más la falda, quería ponerlo cachondo. Cuando me vuelvo a mirarlo ya se estaba acercando.
Se me ha presentado y quiere quedar conmigo para conocerme, y yo espero que sea para conocernos a fondo. Se llama Marcos, tiene 19 años y está en el bachiller de ciencias.
Creo que he empezado con muy buen pie, espero que esto siga así y poder contar lo más pronto posible una aventura ardiente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario