Andrea XXXII, me pone mirar.

Este sábado fui a una piscina cubierta para darme un baño y relajarme durante unas horas. Lo que no esperaba es que fuera a ocurrirme lo que me ocurrió.
Había bastante gente, dejé mis cosas y la toalla en un rincón y me metí en el agua con mi pequeño bikini azul.
Me hice unos largos y luego me puse en una esquina relajándome un poco con el agua. A mi lado había una madre con su hija adolescente y una pareja de un chico y una chica jovencitos, más o menos de mi edad, que parecían ser amigos. Los dos me llamaron mucho la atención, tenían un cuerpazo; y lo mejor fue cuando a ella se le soltó la parte de arriba del bikini,y le vi esas tetas tan redonditas y esos pezones tan puntiagudos. Me dieron ganas de tocárselas y no parar.
Al parecer , eso debió de poner también al chico que la acompañaba, porque aunque con el agua no se miraba muy bien, me pareció ver como de su bañador comenzaba a salir un bulto un tanto sospechoso.
Lo que pasó luego, aún me puso más caliente, me encantaba verles, no me quería perder ni un segundo.
El chico se acercó y le pasó las manos por la cintura mientras se acercaba a su oreja para susurrarle algo que dejaba a la chica con la boca abierta, totalmente alucinada.
Empezó a tocarle por el culo y a agarrarlo muy fuerte con sus grandes manos. Y ella se le lanzó a la boca, comiéndosela toda.
Quise mirar mejor lo que estaban haciendo y me puse más cerca de ellos; así pude ver como él subía sus manos suave y lentamente, por la cintura , por la espalda y llegaba a las tetas, metiendo sus manos por debajo del bikini de la chica para jugar con sus pezones.
No podía aguantarme de la calentura que tenía encima, tenía ganas de tocarme, de tocarles a los dos y que ellos me tocaran a mí. Pero no sabía como se lo tomarían así que decidí tocarme yo sola. Me toqué las tetas, los pezones estaban de punta totalmente y se notaba por encima del bikini.
De pronto, vi como él bajaba otra vez la mano y suponiendo a donde iba, me sumergí en el agua y abriendo los ojos miré como le tocaba el chocho por encima de la ropa, para seguidamente meterla por dentro y comenzar a tocarle el coño haciendo círculos con sus dedos.
Luego ella bajo y quitándole la polla del bañador se la llevó a la boca y comenzó a chupársela.
Mientras que veía esto, mis manos recorrían mi cuerpo, sin darme practicamente de cuenta fui bajando hasta llegar a mi chocho. Sentía mucho calor por todo mi cuerpo, pero sobre todo por mi coñito.
Comencé a hacerme una paja, moviendo mis dedos por mi clítoris haciendo círculos, como le estaba haciendo él a ella,así me imaginaba que me lo hacía a mí. Necesitaba coger aire, por lo que subí a la superficie. Cual fue mi sorpresa, cuando subí, los dos me miraban con cara de gusto, de picardía. Me habían descubierto y en vez de estar avergonzados o enfadados, estaban intrigados y muy calientes.
"Puedes acercarte que no mordemos." "Vi lo que hacías debajo del agua, ¿te puso lo que estábamos haciendo?"
Yo le dije que sí, que me habían puesto a tope, que desde el primer momento me había dado ganas de tocarles, y que me tocasen.
En ese momento, noté unas manos recorriendo mi cuerpo y ella me dijo "¿Como te gustaría? ¿Así?"
Era ella, eran sus manos recorriendo mi culo y mi cintura, hasta llegar al chochito; luego cogió aire y sumergiendose sentí como me bajaba la parte de abajo y metía su cabeza entre mis piernas, para lamerme el coño.
Me daba muchísimo morbo hacer eso allí, que nos pudiesen descubrir, pero también me daba rabia no poder follar tranquilamente. Así que les propuse ir a los vestuarios.
Al llegar, sin esperar ni un segundo, él me cogió por la cintura y subiendome al lavabo me apartó el bikini y empezó a chupar como un loco, hasta dejarme practicamente sin flujo; mientras ella mamaba de mis tetas y me mordía los pezones, a la vez que se daba gusto a sí misma metiéndose dedos en su agujerito.
Después nos metimos en la ducha y las dos nos pusimos en el suelo de rodillas, besándonos, comiéndonos la boca, sintiendo nuestras lenguas. Él se cascaba la polla mirándonos, le daba mucho morbo vernos en ese plan.
Me giré hacia él y comencé a chuparle la tremenda polla que tenía, tan dura y tan grande, totalmente erecta, totalmente preparada para reventar a cualquiera. Primero metí solo la puntita y muy despacio, para luego meterla entera y apretarla en mi boca, con mi lengua y con mis labios.
Al poco rato las dos estábamos haciendo lo mismo y a él le puso ver a dos chicas de rodillas mamándole la polla a la vez. Poníamos cara de putita para ponerle más cachondo y funcionó.
Nos dio la vuelta a las dos y nos metió la polla por el culo, primero a mí y luego a ella, pasaba su polla de un culo a otro, hasta que se quedó en el mío, dándome muy fuerte, haciendo que me moviera, parecía que me iba a reventar el trasero; me daba palmadas en las nalgas de vez en cuando y me clavaba las uñas. Eso, lejos de molestarme, me excitaba, me ponía a mil.
Mientras la chica me chupaba el chocho y me metía la mano en el agujero, haciendome una de las mejores pajas que me habían hecho.
Después nos cambiamos de lugar, a ella le dio por culo su amigo y yo le chupaba y le hacía una paja por el coñito, que tanto la hice sentir que se corrió como si se hubiese meado y no le dejé ni gota, se lo lamí todo, de lo rico que lo tenía.
Él quitó su polla y nos hizo ponernos delante de él y nada más ponernos, nos soltó un chorro por toda la cara y por las tetas de su leche calentita. Su corrida fue tal que nos resbalaba por todo nuestro cuerpo hasta el suelo. Yo me pasé la mano por mi cuerpo y cogiendo un poco del semen que me había tirado por encima me llevé la mano a la boca para lamerla.
Luego cada uno se fue por su lado, yo me fui a mi casa; pero no sin antes intercambiar teléfonos y quedar de volver a pasar por esa piscina para mejorar la experiencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario