Andrea XLI, nunca pierdo una apuesta.

El viernes hice una apuesta con mis primas Clarisa y Verónica. La prueba trataba de si Clarisa y yo seríamos capaces de encontrar a alguien con quien hacer un trío en un ascensor.Si al  final no conseguíamos lo propuesto, tendríamos que aguantar a Verónica dándonos ordenes durante toda una semana, y como no, obedecerla en todo.¿A qué te refieres cuando dices que tendremos que obedecerte en todo?"A lo que ella me contestó " No es lo que te imaginas, nada de sexo, para eso sé que no tengo que obligarte.Vaya, esa respuesta no me gustó nada, pensé que igual tendría que satisfacerla físicamente, pero al parecer, era más bien, ser su chacha. Y eso, no nos gustaba nada, Verónica podía ser muy abusona en ese tema.
Más nos valía encontrar a alguien que tuviera el valor de follar con nosotras en un ascensor y encontrarlo rápido, ya que solo teníamos unas horas.
Por supuesto, ella entraría con nosotros para comprobar que realizábamos la prueba correctamente.
En primer lugar, pensé en Marcos, pero no estaba en la ciudad, se había ido de fin de semana; pero luego recordé al chico aquel que me folló en el baño del bar, al camarero, Pablo. No sé porque, pero sabía que no se iba a negar, sabía que le gustaba el riesgo.
Fuimos al bar, nos sentamos en una de las mesas que estaba más apartada y al poco rato Pablo estaba a mi lado.
"Hola guapísima, cuánto tiempo. ¿Qué te pongo?"
"Bueno, lo que quiero es a ti. Me refiero..., a ver..., ¿cómo te lo digo?" No sabía muy bien como proponérselo.
Entonces Clarisa lo soltó "¿te gustaría follar con nosotras en un ascensor? Verás, hemos hecho una apuesta, y si no conseguimos a alguien para hacer un trío en un ascensor, mi hermana nos hará la vida imposible durante una semana.
"Vale, pero quiero algo a cambio."
Yo me quedé extrañada, ¿que más quería? iba a poder follar con dos chicas.
"Quiero que pases toda una noche conmigo."
No me lo podía creer, ¿tanto le interesaba? Mi prima me dio una patada para que reaccionara.
"Sí, de acuerdo"
"En el edificio de mis padres será perfecto, hay dos ascensores, podemos pillar uno y pararlo"
Nos dio la dirección y quedamos cuando el saliera de trabajar.
A las dos horas, estábamos en el edificio, las tres, esperándolo. Cuando llegó, se quedó mirando a Verónica.
"Es la de la apuesta, quiere verificar que realmente follamos"
Entramos y llamamos al ascensor. Me relajé y me sentí aliviada cuando vi que el ascensor realmente era muy espacioso, cogíamos perfectamente los cuatro y sobraba mucho espacio.
Pablo no quería esperar, estaba totalmente empalmado, empezó a manosearme por todas partes y a besarme por el cuello. Yo notaba su bulto entre las piernas, cada vez más grande y duro. Me estaba poniendo tan cachonda. Clarisa apretó el botón para que el ascensor parara y comenzó a desabrocharle el pantalón a Pablo, se lo bajó y sacó la tremenda polla fuera del calzoncillo.
Él le agarró del pelo, mientras ella comenzó a chuparle la polla, como si se la quisiera comer entera, nunca había visto a mi prima tan caliente, realmente Pablo le gustaba, la ponía a tope.
Yo me quité la parte de arriba, dejando mis tetas, hinchadas más de lo normal y doloridas, por mi cercana menstruación.
Él se las llevó a la boca y jugaba con mis pezones, mordiéndolos y lamiéndolos, mientras que las manoseaba entre sus manos.
Me encantaba la mezcla que sentía de dolor y placer, era excitante. Verónica estaba en una esquina, viendo todo el espectáculo y tocándose disimuladamente, por encima de la ropa.
Le quité a Pablo la camiseta que tenía, quería verlo desnudo, con ese cuerpazo que me volvía loca; y entonces él me quitó los shorts que llevaba, de una manera violenta, como si no pudiese esperar más para perforarme con su polla.
"Ahora, chúpale su coño."
Clarisa dejó la polla y empezó a chuparme todo mi chocho, pasándome su lengua por toda mi raja y centrándose en mi clítoris. Él se la cascaba mirando la escena.
Luego levantó a mi prima y le dijo que se desnudara, la puso de cara a la pared y agachada con el culo en pompa, le metió la polla por el coño de una sola embestida. Mi prima gritó de placer y yo me agaché para chupar sus tetas y ponerla aún más caliente.
"Quiero entrar en tu chocho"
Sacó su polla del coño de mi prima, me cogió por la cintura, subiéndome y haciendo que mis piernas lo rodearan. Apoyándome contra la pared del ascensor, me colocó la punta de su polla en el agujero de mi chocho. Sentía que estaba empapada, necesitaba sentirlo dentro de mí.
"Rómpeme por dentro, quiero sentirte bien hondo"
Diciendo esto me la clavó de un golpe, hasta que hizo tope; notaba como sus huevos chocaban contra mi culo; cada embestida era más fuerte que la anterior, haciéndonos gemir a los dos, estábamos totalmente desenfrenados. Clarisa se agachó y comenzó a chupar los jugos que mi coño estaba soltando, y de vez en cuando pasaba su lengua por la polla de Pablo; eso nos ponía más calientes.
Me bajó y nos puso a las dos con el culo en pompa, una al lado de la otra y nos clavó su polla por el culo, primero a Clarisa y luego a mí.
Fue pasando de un culo a otro, dándonos tan fuerte que nos tenía que agarrar para que no nos fuéramos al suelo.
Se centró en follar a mi prima por el culo, y me pidió que le diera mi chocho a Clarisa, para que me lo chupara.
"Quiero ver cómo te lo chupa"
Pablo se movió muy rápido hacia mí, como si me deseara como a ninguna, me cogió fuertemente arrinconándome contra una esquina, levantándome y metiéndome la polla por el chocho sin miramientos. Me folló como un animal en celo, con fiereza, con fuerza, hasta que los dos nos corrimos entre gritos de placer y alivio, por descargar todo lo que teníamos dentro.
Me había olvidado por completo que estábamos en un ascensor, me había olvidado de todo realmente, hasta que sentimos ruidos y unas voces preguntaban si había alguien en el ascensor y si nos encontrábamos bien. Todos gritamos que sí, que éramos cuatro y estábamos bien. Enseguida nos sacarían. Les miré me imaginé si se darían cuenta del olor a sexo que impregnaba tan estrecho lugar y también sentía un intenso morbo del sólo pensar que el ascensor pudiera tener alguna cámara escondida donde nos hubieran filmado nuestro gran momento caliente. Creo que todo eso no lo sabré hasta la próxima reunión de vecinos de los padres de Pablo, que igual se quedan boquiabiertos con las andanzas de su niño, sobre todo su padre, jajaja. Y por cierto apuesta ganada a Verónica le toca obedecer….

No hay comentarios:

Publicar un comentario