Andrea LIII, la pizza mejor "caliente".

Entregar una pizza a domicilio puede convertirse en una de las mejores experiencias de la vida... Lo que voy a contar me sucedió este fin de semana y os aseguro que ha sido una de las experiencias sexuales más enriquecedoras, intensas y deliciosas que he tenido.
Para mantenerme ocupada y ganar algo de dinero, acepté trabajar como encargada en la pizzería de un amigo de mi tío. Debía cobrar y vigilar que todo funcionara correctamente en el área de atención al público. El viernes después de facturar algunos pedidos, algo hizo que mi atención se desviará a algo que no era la caja. En frente de mí se me puso una chica que me llamo la atención de una forma fulminante, su nombre es Selena, una mujer de 38 años, rubia, de ojos verdes espectaculares, de estatura media, muy voluptuosa y preciosa.
Selena era clienta fija de la pizzería, ya la había visto alguna vez que había ido a merendar con mis primas. Pero nunca había despertado mis instintos como hizo el viernes. La piel se me erizó y hasta me puse a sudar.
El sábado por la tarde había que hacer una entrega a domicilio, a nombre de una Sra. Valdivieso, y no se encontraba ninguno de los repartidores por estar ocupados en otras entregas, por lo que me ofrecí a entregarla yo, ya que la dirección me quedaba en el camino a casa. Al llegar al edificio indicado, toqué el timbre y una voz de mujer me indicó que subiera, lo que no me agradó mucho pues estaba un poco apurada. Mi sorpresa fue grandísima cuando al llamar a la puerta del departamento, quién abrió era Selena. El corazón empezó a latirme rápidamente y comencé a sudar como una fuente, lo que me perturbaba.
Me saludó amablemente y con nerviosismo le expliqué que me había tocado hacer la entrega porque no había ningún repartidor, a lo que ella respondió con una sonrisa. Me invitó a entrar mientras buscaba el dinero. Selena llevaba puesta una pequeña bata de seda y sin nada de ropa interior. Eso me puso malísima e hizo que empezará a mojarme como una zorra en celo.
El piso estaba un poco desordenado, con mucha ropa nueva de mujer sobre la mesa y algunos muebles. Me explicó que era parte de la ropa que vendía en su tienda y que si deseaba podía probármela. Cuando empecé a rebuscar entre la ropa algo que me gustase, una puerta se abrió y frente a mí se puso una mujer realmente preciosa, de unos 30 años, con un cuerpo escultural, también vestida solo con una diminuta bata de seda. Se llamaba Sonia y estaba tan buena o más que Selena. Me dijo que era una clienta y amiga suya, que había ido a ver la ropa nueva que había llegado. Se pusieron a hablar conmigo de la ropa que había en el lugar, mientras Selena seguía buscando el dinero. Me mostraron todo, me sentía a gusto hablando con ellas y viendo aquella ropa tan bonita. Al ver cómo me interesaba por uno top, Selena me miro y me dijo:
-"¿Te gusta el top?, te lo regalo."
Yo en un principio lo rechace, pero ella insistió diciendo:
- "No acepto que me digas que no. Yo te he retrasado y no es justo. Además, estoy segura que ese top a ti te va a quedar muy bien, tienes un cuerpazo."
- "Tienes razón" – dijo Sonia –" A ella seguro que le quedara muy bien todo lo que hay aquí."
Insistieron tanto que no tuve más remedio que aceptar, además de que era una oferta que no podía rehusar ya que de verdad ese top me encantaba. Les dije que si podía ir al baño a probármelo, pero ellas me dijeron que no fuera tan vergonzosa, que me la probara allí mismo, que a ellas eso no les importaba. En eso, y sin previo aviso, Sonia se quitó la bata quedándose completamente desnuda. Mi corazón se puso a mil, cuando vi aquel cuerpo escultural totalmente desnudo. Sus tetas eran preciosas, grandes y firmes, y ni hablar de su culo. Cualquier hombre daría lo que fuera por follársela. Empezó a probarse parte de la ropa mientras yo no hacía otra cosa que mirarla.
Cuando me di la vuelta hacia Selena me di cuenta que ella tenía la bata totalmente abierta y también podía ver sus tetas y su coño, lo que hizo que me sintiera aún más cachonda. Me miró y me dijo que no perdiera más tiempo, que me pusiera el top. Me quité mi camiseta, luego el sujetador, dejando al descubierto mis tetas. En ese momento sentí que Selena y Sonia me devoraban con la mirada y que me dejaban totalmente desnuda.
Me puse el top y las dos empezaron a hacer comentarios de lo bien que me quedaba. Le dije a Selena que me gustaba como me quedaba y que me quedaría con él. Ella dijo que estaba de acuerdo, pero que eso no era lo único que me podía llevar, que eligiera algo más. Casi inconscientemente respondí que no podía, pero ella volvió a insistir diciendo que me lo dejaba a mitad de precio. Era una oferta tan tentadora que nuevamente no me pude resistir, así que escogí un bikini espectacular que estaba segura me serviría. Me desnudé y me puse el bikini. Esta vez sí que fui al baño a probármelo, cuando salí nuevamente al salón. Mi sorpresa fue gigantesca cuando vi a Selena sentada en un mueble, sin la bata y totalmente desnuda, y a Sonia bailando frente a ella, quitándose lentamente la poca ropa que tenía puesta. ¡Le estaba haciendo un striptease! Yo no podía ni hablar. Estaba tan sorprendida que no atinaba a reaccionar.
En eso Sonia me vio, se sonrió y me hizo señas para que me acercara. Me di la media vuelta para regresar al baño y oí a Selena decirme “Quédate Paola. Quédate y disfruta lo que vas a ver”. Sonia ya estaba totalmente desnuda también. Se sentó al lado de Selena y ambas se fundieron en un grande y apasionado beso. Pude ver como sus lenguas se entrelazaban mientras que con sus manos se acariciaban el cuerpo. Mi morbo, acompañado por una gran excitación se acrecentó cuando las vi besarse, me quedé parada observándolas tímidamente.
Ahora Sonia estaba chupándole y mamándole las tetas a Selena. Su lengua pasaba por los pezones duros, los empapaba y después se ponía a mordisquearlos o a chuparlos. Se separó y entonces fue Selena quién empezó a comerle las tetas a Sonia. Parecía querer devorarlos, pues aplicaba completamente la boca sobre ellos. Sonia se agachó frente a Selena, que abrió completamente las piernas, y en ese momento sentí que el corazón se me iba a salir, pues se puso a comerle el coñito. Me encontraba mojadísima y muy excitada, lo que me impulsaba a seguir viéndolo todo.
Selena me miraba, sonreía y gemía mientras Sonia le comía el chocho. Su cara era de total placer, el mismo que yo sentía que me estaba transmitiendo, como si yo estuviese hipnotizada.
Sonia se levantó, me miró y me lanzó un beso junto con un guiño de ojo. Selena la sentó en el mueble y ahora fue ella quién se puso a comerle la almeja. Ella agarraba a Selena por el pelo y la oprimía contra su coño, a la vez que lanzaba pequeños gritos y gemidos de bastante placer. Levantó las piernas, abriéndolas más y pude ver perfectamente su chocho afeitado, rosado y húmedo. Selena estaba masturbándola a la vez que se la comía y chupaba toda. Sus dedos entraban y salían de aquella almeja que parecía llamarme a gritos.
Mi grado de inconsciencia y excitación era tal, que sin darme cuenta me había ido acercando hacia las dos, hasta estar prácticamente al lado de ellas. Al estar así, tan cerca, viendo todo mucho mejor, oyéndolas muy bien, oliendo el exquisito aroma del sexo.
Cuando volví a reaccionar me encontré sentada junto a Sonia, observando con ansias como Selena le devoraba la almeja. Por la posición en que me encontraba, el pecho de Sonia quedaba a la altura de mi cara, por lo que me quedé contemplando el pezón erecto que me invitaba a comerlo. Sonia empezó a tocarse sus preciosos pezones, lo que hizo que me excitara aún más, por lo que sin pensarlo más me precipité sobre él. Abrí la boca lo más que pude, tratando de tragarme su teta completamente, buscando que entrara completamente en ella. Con la lengua podía sentir el duro pezón que tanto había deseado saborear. Lo lamía, mordisqueaba, chupaba y mamaba deleitándome en la embriagadora sensación que estaba experimentando.
Sonia me cogió por el brazo y Selena por una pierna. Selena se levantó, acercó su cara a la mía y dijo casi susurrando: “Relájate, entrégate y disfruta esta experiencia que va a ser la mejor de tu vida”. Selena me besó en la boca dulce y apasionadamente. Jamás me habían besado tan bien y mientras lo hacíamos Sonia me quitaba el bikini. Solo cuando quedé totalmente desnudita fue que las dos mujeres entraron completamente en acción, quedándome a merced de la lujuria de ambas.
Las tres nos sentamos en el mueble. Ahora éramos Sonia y yo quienes nos besábamos mientras Selena empezaba a jugar con mis tetas. Cuando sentí su lengua tocar uno de mis pezones, me separé de Sonia para poder verla hacerlo. Las dos mujeres se pusieron a chuparme y mordisquearme las tetas, lo que hacía que me sintiera en las nubes. Selena se puso de rodillas frente a mí. Su cara era de total lascivia. Yo estaba tan asustada que no podía reaccionar. Estaba siendo follada por dos mujeres bastante mayores que yo, que estaban haciéndome sentir cosas deliciosas.
Con una delicadeza increíble Selena separó mis piernas y se puso a besarme en los muslos. Vi que devoraba con la mirada mi almeja, ambas estábamos deseando que me la comiera con la boca. Con la misma delicadeza colocó sus dedos en mi chocho, lo que hizo que me estremeciera, separó la piel y lo dejó completamente abierto a su disposición. Me lo besó como si me besara en la boca y luego empezó a pasarle la lengua, lamiéndolo completamente. El corazón me latía a mil, pero aumentó su velocidad cuando sentí y vi que Selena ya no solo me lo lamía, si no que me lo estaba mamando e introducía sus dedos en mi rajita. Era muy diestra con su lengua y sus dedos. Subía, bajaba, entraba y salía de mi hueco a placer. Con Selena comiéndome la concha y Sonia, que seguía mamándome las tetas, creí que me iba a correr casi inmediatamente. En eso Selena se levantó y me volvió a besar en la boca. Su lengua tenía el sabor a mi coño, lo que me gustó tanto que cuando trato de separarse, la detuve y nos seguimos besando a boca llena.
Ahora era Sonia la que ocupaba el puesto de Selena. No me chupaba el coño, si no que me masturbaba. Selena se puso a besarme y mordisquearme las orejas, el cuello, los labios, hasta que llegó a mis senos y nuevamente se puso a chupármelos. Sonia hizo que subiera las piernas al mueble y me recostara un poco más, para también poder jugar con mi culo. Lo primero que hizo fue besármelo. Cuando metió uno de sus dedos en él, automáticamente arquee el cuerpo, el placer me desbordaba. Con su lengua iba de mi chocho al culo y viceversa. Entre tanto Selena siguió bajando, besándome y lamiéndome toda, me excité muchísimo cuando empezó a besarme y lamerme el pie, hasta que llegó a mi coñito y volvió a comérselo. Sonia se le unió y el verlas hacerlo me ponía cada vez más caliente.
Todo se aceleró cuando se hicieron con mi clítoris. En ese momento mis gemidos fueron más fuertes. Sonia lo tocaba con la lengua y lo succionaba como si de una polla se tratara y las dos se turnaban para comérselo y jugar con él. Llegué a un punto en el que ya no gemía si no que gritaba “¡Más!, ¡más! ¡Ahhjjj! ¡Sí, así! ¡Ahhjjj!”. Las dos mujeres aceleraron su trabajo lo que provocó que me corriera en la boca de ambas. Sentí que un río caudaloso brotaba de mi almeja y pude ver como las dos se bebían todos mis jugos. Cuando se incorporaron vi que tenían las caras empapadas en mis fluidos. Se acercaron y empezamos a besarnos las tres y a jugar con nuestras lenguas al mismo tiempo y yo trataba de lamerles toda la cara, para poder saborear otra vez todos mis jugos.
Me encontraba exhausta y jadeante, pero mis dos amantes no dejaron que descansara un poco. Sonia me levantó e hizo que me pusiera de rodillas sobre el mueble, quedándome en cuatro patas e inmediatamente se pusieron a comerme nuevamente mi coñito. Otra vez empecé a sentir lo mismo que antes. Selena empezó nuevamente a recorrer muy dulce y suavemente todo mi cuerpo desnudo, con besos, lengüetazos y caricias.
Cuando llegó a mi boca empezamos a jugar con nuestras lenguas, entrelazándolas, chupándonoslas y dándoles pequeños mordiscos. Ella se sentó frente a mí, en uno de los brazos del mueble, quedando sus tetas a la altura de mi boca. Traté de meterme toda su teta en mi boca, pero era tan grande que no cabía. Con mi lengua empecé a sentirlo, duro, erecto, algo realmente fascinante. Le chupé, lamí y mordisquee las tetas a placer, mientras ella gemía y me acariciaba el pelo con una mano y con la otra me pellizcaba los pezones. Abrió las piernas dejando ante mí un manjar afeitadito que se me hacía muy apetitoso. Sonia se acercó a mi oído y dijo:
- "Anda no te rajes. Cómele el coño como la buena lesbianita que estás demostrando ser".
Con una mano Selena separó los pliegues de piel de su coño dejando al descubierto todo el manjar rojo y húmedo. Acerqué la cara poco a poco. Cuando estuve muy cerca pude percibir su olor, que me pareció tan excitante. Lo primero que hice fue besarle el coño como ella lo había hecho con el mío. Estaba completamente entretenida devorando el coño de Selena, cuando sentí algo fuerte que me desgarraba la carne de mi chochito. Cuando me voltee vi a Sonia detrás de mí, con una especie de correa moviéndose al mismo ritmo de lo que me estaba penetrando. Mi sorpresa fue enorme... ¡Era un polla de goma y con ella me estaba follando por detrás! Empecé a jadear y gemir muy fuertemente, tanto que estoy segura que todos los vecinos debieron oírme. En eso Sonia me dio una nalgada diciendo “Vamos mi pequeña zorrita. ¡Sigue mamándole el coño!”. Selena me cogió por la cabeza y me pegó a su chochito. Seguí comiéndoselo mientras gemía de puro placer. Empecé a chuparle el clítoris lo que hizo que Selena empezara a moverse y a gemir más fuerte por lo que no tardó en correrse en mi boca. Cuando sentí que se venía apliqué toda la boca para poder beberme todo su néctar. Sentía que un líquido espeso descendía por mi garganta y me saciaba por completo. Era un jugo tan exquisito que hizo que yo también me corriera en la polla de Sonia.
Ahora estaba más exhausta que antes, pero con hambre y deseo de mucho más. Por eso estuve de acuerdo con mis dos chicas en que debíamos seguir. Ahora era Selena quién tenía puesto la polla. Al verlo un impulso incontenible de darle una mamada se apoderó de mí. Mientras lo hacía Sonia se puso a chuparme nuevamente las tetas y Selena se sonreía sorprendida por mi iniciativa.
- "¡Eres una golosa!" – decía riendo.
- "Es una viciosa" – dijo Sonia – "Creo que hemos encontrado a una buena putita..."
Hicieron que me acostara boca arriba en la alfombra y que abriera y levantara las piernas. Sonia me besaba y Selena me chupaba el coño. Otra vez era el centro de la orgía de sexo y placer que habíamos montado las tres. Sonia se sentó nuevamente en el mueble y Selena me dijo que le chupara los pies a Sonia, y no dudé en hacerlo. Eran unos pies hermosos, que de verdad provocaba besarlos.
Mientras se los lamía, chupaba y besaba, Selena me penetró dulce y suavemente. Empezó a moverse a un ritmo suave y pausado, mientras que yo gemía de placer y seguía entretenida con Sonia, que en eso se movió y se puso de rodillas sobre mi cara, mirando hacia Selena, quedándome su coño a disposición para comérmelo. Las tres nos fundimos nuevamente en una atmósfera de pasión, lujuria, deseo y sexo que iba aumentando paulatinamente. Selena me follaba mejor que lo que lo haría un hombre, Sonia y ella se besaban y chupaban las tetas, y de vez en cuando me lamían los pies, mientras que yo me encargaba de devorar todo el coñito de Sonia. Era un momento perfecto y maravilloso que deseaba que jamás terminara. Las tres nos corrimos juntas en un orgasmo intenso. Estuve un buen rato bebiendo, sorbiendo y lamiendo todos los jugos de Sonia, mientras ellas me daban las últimas caricias.
Cuando nos incorporamos nos quedamos sentadas totalmente rendidas por el cansancio. Nos besábamos tierna y dulcemente, cuando entre las dos me abrazaron y quedé recostada contra ellas, con la cabeza a la altura del pecho de Selena.
- "¿Qué tal Paola?" – preguntó Sonia.
- "Buff genial, he disfrutado al máximo..."
- "Sí, nos dimos cuenta que te ha gustado" – dijo Selena.
- "Gustado no, me ha encantado y quiero repetirlo" – les dije.
Dicho eso, las tres nos pusimos a jugar nuevamente con nuestras lenguas. Me contaron que se conocieron en la tienda de Selena hacía un año y que desde ese momento se habían hecho pareja. Sonia me contó que antes de Selena ella nunca había tenido relaciones lésbicas, que Selena la había seducido. También Selena me confesó que desde que me había visto por primera vez, le había gustado y que hasta había pensado en seducirme. Me contaron cómo se sorprendieron cuando vieron que era yo la que había llevado la pizza, que parecía un sueño hecho realidad, y que habían decidido no perder la oportunidad de follarme.
Al nombrar la pizza, reaccioné como impulsada por un rayo. Me levanté y les dije que me tenía que vestir para irme, que ya se estarían preguntando dónde estaba. Selena se levantó cogió su monedero y me dio el dinero de la pizza, aunque yo no lo dude ni un momento. Esa pizza corría de mi cuenta, ya me la había cobrado y bien cobrado. Ambas sonrieron y me invitaron a ir a una de sus fiestas y reuniones con otras chicas, que siempre terminaban en unas tremendas orgías. Una proposición muy sugerente, que no pude rechazar, ya os iré contando.

Andrea LII, orgia en "Santos".

Este fin de semana aprovechando el puente de todos los Santos mis primitas y yo decidimos hacer una pequeña escapadita al campo, para relajarnos antes de que los exámenes se nos empiecen a echar encima. Así que decidimos hacer una escapadita a la sierra, aprovechando que Clarisa ya tenía el Carnet de conducir y mi tío le dejaba el coche.
Así nos fuimos a unos apartamentos que habíamos conseguido en Internet por poco dinero. Pero claro como supondréis, tres chicas guapas y ardientes pueden estar poco tiempo solas jajaja.
Así el mismo día que llegamos y gracias al típico de -¿tenéis fuego?, conocimos a tres chicos aragoneses que habían venido a pasar el fin de semana. Tras las presentaciones de rigor y gracias a que ellos eran bastante simpáticos y abiertos, no tardamos en empezar a intentar conocernos un poco mejor y para eso decidimos invitarlos a nuestra cabaña. Allí se presentaron a las 7 de la tarde. Más que nada esa tarde estuvimos bebiendo un poco, fumando y jugando a las cartas y al parchís.
Julio, que era el más joven de ellos con unos 19 años, era pelirrojo, tenía bastantes pecas pequeñas por la cara y un cuerpo de escándalo como para marearse, y era como yo digo guapito de cara. Propuso jugar a una especie de prendas, pero solo con revelaciones personales, así que quien perdía debía revelar a los demás sus secretos personales. Fue bastante divertido y pudimos saber cosas secretas de cada una de nosotras, así como de ellos
Clarisa por ejemplo nos reveló, que se excitaba viendo películas porno sobre todo si salían chicas haciendo lluvias doradas.
Antonio que tenía 20 años, era moreno con el pelo ondulado sobre los hombros y de cara atractiva y juvenil, su cuerpo estaba muy bien, su camiseta dejaba entrever unos pectorales increíbles, y tenía unos ojos negros impactantes. Dijo que era virgen, pero no por falta de ganas sino de oportunidades, eso me puso a mil un virgen uhhh.
José que tenía 21 años, era holandés y llevaba cinco años viviendo en España con sus padres, que por lo que comentó eran muy liberales... el, no tanto, de momento. Era rubio con un pelo liso cortito. Dijo que virgen no le quedaba ni el culo, pues se había introducido los dedos en más de una ocasión, junto a algún plátano y otras fálicas verduras... sí, eso fue lo que nos comentó con una tímida sonrisa.
Verónica reveló que le gustaban mayores que ella y que la encantaba masturbarse con revistas eróticas o porno, en las que salgan dobles penetraciones.
Yo les confesé que no era virgen y que había hecho casi de todo, que fuese su imaginación la que pusiese límites a mis palabras.
A las nueve y media de la noche tuvieron que irse a cenar.
Esa noche no paso nada, pero lo pasamos genial bailando y riendo, y ellos también, o eso dijeron al día siguiente.
Les habíamos invitado a comer llegaron a eso de la una, y nos ayudaron a preparar la comida mientras veíamos la tele y tomábamos un aperitivo con vermut... para cortar el hielo.
Después nos pusimos a comer y el vino corrió bastante por la mesa, y se notaba por la risa y el alboroto que había. Ya serían las dos cuando José, que era el más atrevido, sugirió jugar otra vez a las prendas y a todos nos pareció bien. En principio continuamos con lo del otro día y cada vez que uno fallaba, debía responder a una pregunta personal que el grupo de chicas o chicos conjuntamente le hacían, según fuera el caso. Las preguntas iban en aumento en cuanto a temperatura sexual se refiere. Por ejemplo, hasta le preguntaron a Verónica, ya una vez entrados en tema y animados, si la habían enculado en alguna ocasión, a lo cual ella respondió que claro muchas veces y que la encantaba. A Clarisa le preguntaron si le había hecho una mamada a varios chicos a la vez, y dijo que sí lo había hecho en alguna o algunas ocasiones, no recordaba bien. A mí me preguntaron por ejemplo, que si le había comido la almeja a alguna chica, a lo cual asentí con la cabeza y también si había participado en una orgía, a lo que también asentí con una sonrisa.
Esas preguntas y bastantes más sobre fantasías sexuales, las fuimos respondiendo nosotras y ellos por un buen rato, como si hubiera una confianza de toda la vida. Las cervezas y algún que otro chupito ayudaban bastante, mezclado con el humo de tabaco de más de la mitad que fumábamos.
Como era de esperar, el ambiente se iba caldeando, y yo propuse, como en broma, continuar el juego pero con prendas de vestir para darle más emoción al juego, a lo que José, junto con Antonio y Julio dijeron que sí... así, sin pensarlo... que les hacía gracia y que nunca lo habían hecho. Mis primas como es habitual no lo dudaron tampoco.
Precisamente la primera que tuvo que ceder prenda fue Clarisa, que empezó por un zapato. Habíamos quedado en partir todos con el mismo número de prendas, para igualar el juego. Antes que a ninguna chico le tocara enseñarnos los calzoncillos, yo ya había tenido que quitarme los pantalones y quedarme en tanga.
Verónica, fue la primera que hubo de quitarse el jersey y mostrarnos el sujetador blanco con bordes de encaje que llevaba y que ocultaban sus portentosas tetas. La cosa iba bastante igualada y todos nos íbamos despojando de las prendas superficiales. Era condición el sacarse la prenda de pie encima de una mesita grande y redonda que había en el centro de la sala, rodeada por todos, sentados en unos sofás. Al quitarse Julio los jeans con un buen movimiento de caderas, lo que me excitó enormemente.
Después el turno fue para José que de forma lenta... dando unos giros, se fue despojando del pantalón y nos mostró su enorme paquete. Quedamos en que cuando uno estuviera ya desnudo quedaría exento del juego hasta terminar todos, para no discriminar a nadie que estuviera de mala suerte. La impresión era de que solo queríamos jugar y divertirnos pero sin tapujos y dando espacio a la imaginación y la fantasía que se nos iría desarrollando durante el juego.
La siguiente en perder partida fue Clarisa... y sin complejos ya, se desabrochó el sujetador y nos presentó sus tetas, con los pezones erectos y abultados por la excitación del momento. Yo fui la que la siguió y me quedé en pelotas... con el aplauso de todos.
Antes de ver las tetas fantásticas que nos exhibiría Verónica, le tocó el turno a José y fue el primer rabo que presenciamos yo y mis primas, tras el bajarse los slips mientras nos miraba a la cara con una sonrisa. La siguiente polla dispuesta a mostrarse fue la de José que nos hizo unas contorsiones mientras se bajaba lentamente los calzoncillos, como si de una Stripper se tratara. Su pubis no estaba tan rasurado como el Antonio pero su polla era descomunal.
Luego le tocó a Verónica que se bajó sus braguitas verdes, sin tanto arte como yo y enseñándonos su rubio pubis y también bastante rasurado. Al desnudarse sobre la mesita, podíamos ver con mejor detalle la parte baja y los labios de sus apetecible coño, a poco que se abrieran de piernas.
Terminó la tanda Antonio, el virgen de la casa, mostrándonos su flamante polla que ya estaba, en su máxima erección, y que se llevó el mayor aplauso, por el hecho de ser la primera erección de la velada, que no la última que veríamos ese día.
Ahora que ya estábamos todos desnudos, decidimos aumentar la temperatura de la sala, mostrando con más detalle las partes púdicas.
El juego prosiguió. El grupo de chicas o chicos, según tocara, debía pedir al perdedor, que les mostrara en sus narices sus más íntimos secretos, pero sin tocar ¡eh!... Me tocó a mí primero y me pidieron que les mostrara mi coño abierto y se lo mostré a unos diez centímetros de sus caras, ya que se acercaron mucho para presenciar aquello que quizá no habían visto nunca con tanto detalle. Se oyó algún Huauu... Después le tocó a José al que le pedimos que nos enseñará su polla, pues él la tenía bastante gorda, y nos hacía ilusión verla con todo detalle.
Clarisa fue la primera en perder y le pedimos que nos mostrara sus labios mayores, y los menores... ¡ah! y que los abriera con sus dedos para poder presenciar su entradita vaginal. Por fuera, los labios tenían un color oscuro pero al abrirlos de par en par nos reveló lo rosado de su coño.
Ya no hablo del estado de nuestra excitación que era en grado sumo y la fiesta solo había hecho que empezar.
Le siguió Verónica a la que le pedimos que se pusiera de cuatro patas y nos enseñara el culete. Así lo hizo y tras levantar su hermoso trasero y con su cara apoyada en la mesa, con sus manos separó lo que pudo sus nalgas y nos exhibió su precioso agujerito que se abrió un poco al hacer ella un movimiento intencionado. Cuando una de nosotras mostrábamos nuestros rincones preciados, las otras dos prestábamos la misma atención que los tíos. A Antonio le pidieron lo mismo y nosotras con expectación se lo contemplábamos mientras en sus bonitos ojos se reflejaban, el deseo y la pasión, que aumentaban a cada nuevo hallazgo sexual. Parecía como si estuviésemos descubriendo el sexo por primera vez...
Después de pasar todos por más o menos lo mismo y ya desvelados nuestros más secretos rincones sexuales, continuamos, pero la siguiente prenda que le pedimos a Clarisa, tras perder partida, ahora ya, fue meterse un dedo en su chochito o en el culo... a escoger, y escogió el primero. Esas prendas, o penalidades, acordamos en que duraran entre 10 y 15 segundos para no alargarnos demasiado y cortar a tiempo. Clarisa me acercó su dedo medio y me lo metió en la boca para que se lo chupara, y acto seguido, no sin antes abrirse de piernas, se lo introdujo suavemente todo dentro y empezó a sacarlo y meterlo con lentitud para así nosotros apreciar mejor su leve masturbación. Incluso ahora que estoy escribiéndolo, me excita esa escena, y las otras, al recordarlas.
A José le pidieron tras perder su juego, que se la meneara un ratillo, por lo que la excitación de todos iba en aumento. Claro, si te masturbas delante de tres deliciosas y desnudas chicas, o chicos en su caso, aunque por un leve periodo, la calentura aumenta... que no te cuento. Cuando le tocó el turno a Verónica, ésta decidió meterse el dedo por el culito, y nos pidió una crema, que en ese caso fue una de manos con la cual se ungió el dedo para introducírselo sin mucha dificultad.
El ambiente se iba caldeando, si cabía más, y tras unas cuantas prendas de este estilo, le tocó a Antonio, y decidimos cambiar de juego y jugar a la adivinanza. Teníamos que dar un beso con la lengua o morreo con los ojos vendados, a los tres chicos y adivinar cuál era cual, al que menos acertara, le pondrían una prenda o pago. Yo solo acerté a José, aunque disfruté de la fogosidad, no sé de cual, que me metió la lengua hasta la garganta.
Como los otros dos no acertaron ninguna, lo echaron a suertes y perdió José. Como a estas alturas ya habíamos perdido los prejuicios, y ellos, por lo que comprobé... también... ya se dejaban llevar por la fantasía sexual y el placer en estado puro. Le pedimos que nos metiera, una a una claro, la lengua en nuestro ojete trasero, por unos veinte segundos que duraba el "castigo".
Empezó con Clarisa, que se puso de cuatro patas en el sofá, con su carita apoyada en éste y el trasero empinado. Una mano en cada nalga y abriéndolas al máximo... y se le escaparon algunos leves gemidos, por el leve pero buen trabajo de él. Continuó Verónica y utilizó la misma postura que Clarisa en el sofá y con sus preciosas piernas morenas y bien separaditas... para facilitar el camino a la diestra lengua ya experta de José. También tuve yo mi momento, que de igual forma, gocé de un éxtasis embriagador.
Tras los lengüetazos de rigor y los consecuentes gemidos no ocultados, nos pidieron, ya que les tocaba... que nos introdujésemos sus pollas en la boca con los ojos vendados, por turnos, para descubrir a sus dueños.
Empecé yo. La que acertó menos fue Clarisa que solo acertó con José... por su grosor. Como sabíamos que también le gustaban las chicas, le impusimos como prenda que les metiera la lengua por nuestros húmedos y ardientes labios vaginales de sus queridas primas. Empezó con su hermana que con sus dedos abrió lo más que pudo sus labios para que la lengua ya lista de su amiga se adentrara bien adentro y degustara el néctar sexual. Verónica gimió cuando le mordisqueó el clítoris y tuvo alguna convulsión pélvica, que llegó a su fin al terminar los poco más de veinte segundos que acordamos.
Esos cortes en seco, solo hacían que acrecentar la excitación general de todos, pero seguimos con el control del juego antes que abandonarnos al desenfreno general. Después de que hizo lo propio conmigo, me tumbé y separé mis piernas, para disfrutar de unos instantes de sueño.
Después de esto el calor fue en aumento, el juego pasó a un segundo lugar y cambiaron las reglas, ahora todo valía.
Yo estaba cachondisima y José aprovechó, para excitarme un poco me pasó su lengua por mis labios y el clítoris, agarró su polla y me la introdujo, tras frotarla un poco de arriba a abajo, por mis labios vaginales, primero despacio y luego rápidamente.
Mientras Vero que estaba toda dilatada vio como Antonio se untaba los dedos en crema. Primero uno y después dos dedos son los que le introdujo sin mucho esfuerzo en su ojete, que se expandía con el movimiento rotatorio y adelante y atrás de la mano. Ella gemía dulcemente y meneaba su culito respingón al ritmo oscilante de los dedos.
Era el turno de Clarisa y Antonio, ella sabía que era virgen y que necesitaría un empujón, así que se la agarró con una mano, se la meneó un poco y se la metió hasta la garganta, luego él comenzó a moverse adelante y atrás como si la estuviera follando, pero en la boca, y al poco tiempo, ella misma, pidió que se la metiera ya, se la metió suavemente en su coño húmedo y empezó a empujar como un loco dejando atrás su virginidad. Estaba totalmente cachondo y al ser su primera vez aguanto poquísimo, ya que a los dos minutos no aguantaba más. Así después de preguntarle si podía correrse dentro de ella y que ella le respondiese que sí, antes de terminar la frase ya se había corrido.
Antonio ya se había estrenado pero queríamos que lo recordará a lo grande, así le propuse un juego. Se trata de una ruleta rusa, las tres le mamaríamos su polla por turnos, entre 10 y 15 segundos, hasta que él se corriese en la boca de una de nosotras, la que tocara. Él aceptó la propuesta y le vendamos los ojos. Las tres nos sentamos en la cama una al lado de otra y sus empezamos a mamar mientras que sus amigos se la cascaban para que no se les bajase. Hizo cuatro o cinco rondas antes de correrse en mi boca, en ese momento José le sacó la venda de los ojos y pude ver mis ojos mientras tenía su ardiente polla dentro de mi boquita y el semen, liquido como el agua, por la prolongada excitación, salía por la comisura de mis labios. Vero y Clarisa para no ser menos, también se acercaron... y primero una y después la otra también se la chuparon un poco para degustar las últimas gotas del codiciado liquido.
En ese momento Julio le dijo a Verónica; "-¿no dijiste antes que una fantasía tuya era ser penetrada por dos hombres a la vez?"
"Bueno pero..." Contestó ella. Tranquila Verónica y relájate que iremos con cuidado, pues estamos aquí para disfrutar. Así introdujo su polla, rígida a tope, con cuidado mientras José iniciaba la penetración anal, hasta que ambos fueron cogiendo el ritmo y el compás. Mientras ella aumentó su gimoteo, lo cual me ponía cachondísima casi más que la penetración en sí, así que empecé a frotarme el clítoris viendo la escena. No tardó Vero en tener su primer orgasmo, pero les suplicó que no la sacaran, y así lo hicieron, pues no tenían muchas ganas de abandonar aquello. Por un tiempo que no sé lo que duró, prosiguieron hasta que le llegó el segundo orgasmo y fue entonces cuando primero José y luego Julio se corrieron.
Ahora le tocaba a Clarisa... y Antonio estaba fresco como una rosa. Clarisa dijo entonces, creo que por seguirle el juego, "-¿No confesaste, que tu fantasía era que uno o dos hombres te hicieran pis encima?”Claro...", contestó ella.
Así nos fuimos todos al cuarto de baño, y Clarisa se estiró desnuda en la bañera con sus bonitas y morenas piernas abiertas y frotándose sus coño para una mayor excitación a la vez que se separaba los labios para que su rosado chocho fuera bañado por pis.
Yo que estaba como una moto cogí la polla de Antonio y la encaré al cuerpo desnudo de mi primita, Vero hizo lo mismo con Julio. Los dos teníamos una erección de caballo. Empezaron a mear por encima del bello cuerpo de Clarisa. Nosotras como si de una manguera se tratara, lo esparcíamos sobre su raja abierta y sus tetas. Primero tenía la boca cerrada, pero en un instante la abrió y dejó que la orina llenase su boca, pero no lo tragó sino que lo echaba fuera.
Cuando terminaron, Julio le dijo a Vero que ella también debía probar el gusto y que se la chupara un poco para degustar las últimas gotas, y así lo en yo lo hice con la de Antonio y ambas nos metimos sus rabos en la boca y escurrieron las últimas gotas de su dulce pis
Ni corta ni perezosa, Clarisa dijo que si alguien tenía más ganas, que ya puesta... a lo que nosotras dos no lo dudamos ni un instante y nos metimos¡ de pie en la bañera y empezamos nuestro turno de lluvia dorada sobre su desnudo y mojado cuerpo.
Ya todos meados, salimos de la bañera y en ella sólo quedó Clarisa a la que Antonio y Julio se dispusieron a duchar. La enjabonaron bastante y de paso ellos también. Con la esponja y las manos jabonosas estuvieron masajeándole sus tiernas tetas a la vez que también su palpitante coño.
Mientras Vero y yo, abusábamos un poquito de José al que teníamos agachado lamiéndonos nuestras humedecidas rajitas que hervían, mientras yo besaba y además mordisqueaba los pezones de mi primita que apuntaban a las estrellas. Luego él nos puso a cuatro patas y empezó a meternos los dedos que ya iban solos, y rápidamente los sacaba, hasta que metió en su lugar su rolliza verga tiesa que sin problemas entró hasta el fondo. Así fue turnándose en nuestros culitos, hasta que la sacó y me la metió en el coño mientras mi prima en cuclillas me metía todo su coño en mi boca, hasta que se corrió en ella. Un minuto después José me dijo que ya estaba a punto de correrse lo aparté y me la metí en la boca sin decir ni hola. Empecé a chupar y a metérmela cada vez más adentro y más rápido, e incluso me metí sus huevos en la boca, lo que le puso a mil, haciendo que se corriese en mi cara.
Julio, Antonio y Clarisa, nos observaban desnudos recién salidos de la ducha. Nos duchamos el resto y ellos se vistieron, nosotros ya no, solo los tangas y punto.
"Bueno, ha estado muy bien", dijo Antonio, ha sido un gran estreno"
“A ver si lo repetimos el año que viene", contestó riendo Clarisa.
José le dio su dirección de su e-mail a Vero y le dijo que si queríamos podíamos seguir en contacto.
Aquello había sido muy fuerte y estábamos todos un poco como parados. Nos despedimos con unos besos en la cara y se fueron. Al día siguiente a medio día debían partir hacia Aragón. Nosotras nos quedamos una hora más, despiertas y comentando, lo bien que nos había salido el Puente de Santos de este año.