Andrea LI, un trío "algo" diferente.

Este relato sucedió el pasado fin de semana. Salí de fiesta por la ciudad con Marcos, ya sabéis mi compañero de aventuras, en el ClubSwinger. Transitábamos con el coche para volver a casa por el centro de la ciudad, hasta que mientras hablábamos nos perdimos, y nos metimos en unas calles desconocidas para nosotros.
En un momento empezaron a aparecer travestis, algunas guapas y otras feas, con diferentes ropas y algunas incluso mostrando sus enormes y puntiagudas tetas.
Cuando cruzamos la calle, Marcos me dijo que diéramos otra vueltita, que le parecía curioso ver eso. Acepté y dio la vuelta, hasta que pasamos al lado de una travesti; era rubia, alta, con buenas tetas y un cuerpo muy atlético. Me llamó la atención así que le dije que parase un momento, estacionó, y bajé la ventanilla. Ella se acercó y empezamos a conversar las dos; ella se llamaba Virginia, a mi me daba un poco de vergüenza, pero también un gran morbazo.
Pasado un rato de charla, miré a Marcos y le dije:
"Que, ¿te apetece probar algo nuevo?"
"Estás loca, pero no voy a ser yo el que diga que no".
Así que le dije a Virginia que subiera, abriéndole la puerta de atrás, al momento mirando a Marcos le pregunté si sabía de algún sitio discreto cercano para ir a pasar un buen rato.
Marcos pensó en un motelito de carretera, al que él iba con sus rollos de fin de semana. Durante el trayecto, la travesti que estaba sentada atrás, empezó a manosearme los pechos, comenzando a dar pequeños gemidos, tipo perrita en celo, pasado un tiempo, me empezó a tocar las tetas por dentro del sujetador.
Marcos casi ni podía conducir de lo caliente que estaba, la chica le miraba y le decía que esperase un poco, que para él también habría.
Cuando llegamos al motel, entramos en la habitación y hice que Marcos se sentase en una silla junto a la cama. A continuación me fui hacia la travesti y la desnudé, dejando al aire sus abultados pechos y su polla.
Yo me abrí la blusa, dejando ver mi blanco sujetador, seguidamente me puse de rodillas y empecé a lamer sus huevos lentamente con la lengua, fui subiendo hasta la cabeza, entonces abrí bien la boca y me metí la polla de Virginia, cada vez más adentro, haciéndola entrar y salir, me sentía cachondísima.
Mientras se la iba chupando, me fui desvistiendo hasta que me quedé desnuda al completo.
Seguidamente, llamé al pobre Marcos, al que se le veía ansioso por participar, y al acercarse, le empecé a chupar la polla, estaba deseosa, disfrutando, mi cara no disimulaba el placer, más aún cuando Virginia también se acercó, y entre las dos se la chupamos, una los huevos y la otra la polla , y después al revés.
El empezó a pajearse deliciosamente, eramos unas buenas elementas las dos, hasta que logramos que no aguantara más y acabó soltando todo su semen.
Yo me aparté rápidamente, casi ni me manchó, sin embargo Virginia le siguió dando, tragando leche y chupándole la polla hasta dejársela limpia, sin restos de su semen. Cuando terminó se fue al baño a lavarse un poco.
Al rato volvió, me acerqué a ella, nos miramos y nos empezamos a besar, las dos sacábamos nuestras lenguas y las entrecruzábamos, ambas estábamos desnudas. Miramos a Marcos y le preguntamos si le gustaba lo que veía, el no dudó en decir que si. Nosotras mientras tanto juntábamos nuestras tetas y empezamos a frotárnoslas.
Tras un rato de escena lésbica, miré a Marcos y le dije que ahora me tocaba a mi disfrutar, que deseaba sentir a dos hombres, me puse a cuatro patas, agarré la polla de Virginia y se la empecé a chupar, a la vez que Marcos me fue metiendo su rabo en mi coñito húmedo, hasta que entro entero, después le fuimos poniendo ritmo a la cosa, hasta que este llegó a ser súper intenso, incontrolable.
Así estuvimos un tiempo, hasta que cambiamos de posición, Marcos ocupó la de Virginia, yo entonces mamaba placenteramente, se la chupaba, con ansia a Marcos y mientras Virginia me penetraba como una loca. Ella me bombeaba cada vez mas bestialmente, mientras yo no paraba de tragar la polla de Marcos.
A continuación, Virginia se tumbo boca arriba, inmediatamente me puse encima de ella, y me clavó su verga, quedando empalada, tras un rato así, Marcos se puso por detrás, y tras lubricar un poco más mi culo, me metió su polla poco a poco por él, el cual no era extraño a estas penetraciones.
Le dimos un gran recital, la doble penetración me estaba reventando, pero a la vez me hacía gozar al máximo, me mostraba como una zorra necesitada de sexo, hasta que no pude aguantar más y empecé a soltar líquidos, estaba extasiada, había recibido de lo mío, estaba muy extenuada.
Después, cuando nos recuperamos un poco, Marcos parecía que se había quedado con ganas de meterla en otro agujero, la travesti me empezó a dar por el coño, y él agarró el culo de Virginia, el cual estaba mojadito y abierto, y con poca dificultad le metió su polla. Le estaba follando el culo a la vez que ella me follaba a mí, los movimientos eran complicados, pero una vez cogido el ritmo era bastante placentero. Yo llegué a otro orgasmo, y ellos estaban próximos.
Me solté, y Marcos también, y nos pusimos de pie con Virginia al lado, me agaché, y empecé a chuparles sus pollas desenfrenadamente, por turnos, una mamada a cada uno, un lengüetazo a cada uno, hasta que comencé a pajearlos con las manos, lo que les hizo acabar casi a la vez, me bañaron toda la cara, quedé como una auténtica puta.
Al rato nos vestimos, la llevamos a donde la cogimos, y emprendimos en camino a casa, sin apenas hacer comentarios, sobre la una excitación que al recordarla hace que me moje como una zorra.

Andrea L, me encanta mi familia.

La semana pasada en medio de la noche me despertó un ruido como de algo que en la planta de abajo se caía al suelo, así que me levanté y bajé a ver qué pasaba. Era un gato callejero que rebuscaba en la basura. No le di más importancia y me disponía a regresar a mi cama cuando advertí que la puerta del sótano estaba entreabierta, así que me dirigí a cerrarla, pues mi tío se enfadaba mucho si la encontraba así. Al acercarme observé que abajo había una luz encendida y de que se oían unos jadeos humanos. El miedo me invadió y pensé en ir a avisar a mis tíos a su dormitorio. Sin embargo, una extraña curiosidad infantil me empujó a averiguar cuál era la causa de aquellos jadeos, en ocasiones gemidos como de súplica. Bajé sigilosamente unos peldaños, hasta el primer rellano, desde donde oculta en la oscuridad descubrí lo que pasaba: allí estaban mis tíos, desnudos los dos. Mi tía arrodillada tenía dentro de su boca la polla de mi tío, que no paraba de resoplar, gemir y lanzarle entre susurros insultos, le decía:…."¡¡así, así… puta viciosa, trágatela toda…!!" Mi tía lejos de enfadarse por aquellos insultos parecía excitarse más, pues chupaba con un frenesí enloquecido. De pronto la respiración de mi tío se aceleró, su cuerpo pareció convulsionarse, bruscamente le sacó la polla de la boca y empezó a soltar enormes chorros de semen que salpicaron su cara (he de decir que en toda mi vida no he visto una polla capaz de soltar tanto semen como la de mi tío, y os puedo garantizar que he chupado unas cuantas).Bien, a lo que iba. Ella, mi tía, abrió la boca con ansiedad tratando de tragar toda aquella catarata de leche, al tiempo que exclamaba fuera de sí: "¡oh sí… macho mío,…la quiero toda en la boca… dásela a tu zorra hambrienta…!" Luego prosiguieron otra media hora más con jueguecitos de lo más depravado, poniendo el colofón mi tío con una monumental meada de caballo sobre mi tía, que parecía disfrutar enormemente, y por si fuera poco el pis que le había hecho tragar, no contento se tomó la libertad de llenar un vaso con los últimos chorros, ordenándole a continuación bebérselo de un trago, algo a lo que mi tía no manifestó oposición alguna, sólo que en vez de un trago lo hizo en dos.
Así descubrí que mi tía era una esclava sumisa siempre dispuesta a complacer a su dueño en cualquier deseo por depravado y sucio que éste fuera; porque en el fondo eso a ella le producía el mismo placer, si no más, que a él. No en vano, como pude saber después, fue ella quien inicio a mi tío en ese mundo oscuro y placentero, convirtiéndole en dominador porque eso era lo que a ella le sublimaba la líbido y el deseo.
Tras ver esta escena me sentía turbada y confusa, pero a la vez excitada. Un cosquilleo incesante y húmedo no dejaba de palpitar entre mis piernas. Obligándome a introducir mi mano ansiosa dentro de mis bragas por darle remedio a aquel raro estado. Con lo cual acabé casi de forma inconsciente en las delicias de la masturbación.
Desde ese momento para mí se convirtió en una obsesión el espiar a mis tíos en esas secretas actividades, pues su comportamiento hacía que pareciesen otras personas totalmente diferentes a las que eran en la vida normal. Por las noches me mantenía en alerta, y si oía sus pasos, sigilosamente los seguía, pues sabía que se dirigían al sótano a practicar sus perversiones sexuales, que como fui comprobando no eran pocas: dominación, lluvia dorada, beso negro….Yo mientras, me conformaba con deshacerme mi hermoso coñito a pajas.
Durante unos días mantuve en secreto todo aquello, sin decirles nada a mis dos primas, Clarisa y Verónica.
Sin embargo no podía aguantar más las ganas de contarles los juegos de sus padres, así que la primera en saberlo fue Clarisa, con la que compartía desde hace una semana habitación, mientras arreglaban la suya, y que no había descubierto ni una sola de mis escapadas nocturnas, hay que decir que duerme como un tronco.
Todo ocurrió una noche en que de vuelta de una de mis misiones de espionaje, y como ya era habitual, me estaba masturbando como una desesperada, rememorando lo que había visto; recuerdo que aquella noche mi tía tras ser follada por la gran polla de mi tío, tuvo que chupársela a uno de sus amigos al que habían invitado a cenar, mientras mi tío le daba a ella por el culo furiosamente, arreándole violentos azotes en las nalgas a la vez que le decía: "¡¡así perra, chupa chupa… dale gusto a nuestra visita!!". Desde mi escondite, podía ver de frente la cara de mi tía, engullendo con ganas aquella polla, gemía y gritaba de placer, agitada por los brutales empellones que mi tío propinaba a su culo. El amigo estaba inmóvil, con los ojos fijos y vacíos. De pronto empezó a mover su culo como si se la estuviese tirándo. De las comisuras de la boca de mi tía comenzaron a brotar hilillos de semen. Ella, lejos de retirarse para escupirlo, pareció entrar en un estado de trance frenético, pues chupaba como si no quisiese dejar escapar ni una gota. El amigo, una vez aliviado, trató de escapar, pero mi tía se lo impidió sujetándole con fuerza y afianzando con desespero aquella polla entre sus labios, sin dejar de chupar hasta que mi tío, agarrándola por el pelo y tirando con brusquedad de ella hacía atrás, la requirió para correrse él también en su boca. "Ahora me toca a mí… perra… trágate mi leche con esa boca de puta”, le gritó.
Bien, retomando el hilo, mi prima Clarisa se alarmó al oír mis jadeos de placer, pensando que me pasaba algo.
-¿Qué te pasa Paola, te encuentras mal? –preguntó asustada.
-No me pasa nada- gruñí yo enojada porque me había interrumpido en lo mejor.
-¿Te estabas haciendo un dedo so zorra?
-¿Tu qué crees? Me lo estaba pasando genial. Me estaba dando un gustito hasta que me interrumpiste.
-"¿Gustito?, ¿y tu sola no?”
Retiré la ropa de la cama para mostrárselo en vivo. Abrió los ojos como platos al ver que tenía las braguitas bajadas.
Y empecé a meterme los deditos, descubriendo que aquello me resultaba más placentero si me estaban mirando.
-"¡Eres una cerda Paola!", me dijo mientras no quitaba los ojos de mis ejercicios manuales.
-"¿Por qué en vez de mirar no me acompañas?" le respondí.
Se metió en mi cama, le ordené quitarse el pantalón del pijama y las braguitas.
Empezó con movimientos torpes, así que cogí su mano y la guié, acariciándola hasta llevarla al orgasmo. Mientras se tocaba fue cuando decidí contarle lo de sus padres. Ella paso sucesivamente del espanto a la incredulidad y de esta a excitarse tanto, que ambas acabamos en su cama tocándonos, besándonos y masturbándonos una a la otra.
Me suplicó que en mi próxima escapada a espiar a sus padres la llevase a ella. Pues como ella dormía profundamente no se enteraba ni aunque tirasen la casa.
-"Acepto con una condición."
-"¿Cuál?-preguntó".
-"Que ahora en vez de con la mano me dejes follarte con la boca."
-"¡Vale, vale!", dijo mientras abría las piernas para ofrecerme en todo su esplendor aquella raja preciosa, pues ,aunque tal vez sea pasión familiar, Clarisa tiene uno de los chochos más bonitos y perfectos que he visto y saboreado. La sola visión de aquellos labios carnosos y apretados, su pubis depiladito, me empujaron con más voracidad que destreza a chupar y lamer. Sentí aquel olor fuerte y excitante de los jugos que tras nuestra pajita anterior lo impregnaban, su sabor indescriptible me enloqueció hasta el punto de instintivamente llevarme una mano a mi propia rajita para darme placer. Ella se retorcía como una serpiente, jadeante y entregada. Al cabo de unos minutos se corrió, llenándome la boca con sus flujos que yo super excitada tragué.
Nos abrazamos y besamos con ternura durante largo rato, luego ella con voz mimosa me susurró al oído:
"-Ahora quiero hacértelo yo a ti", así con una gran pasión me empezó a lamer el coño mientras uno de sus dedos se deslizaba hacia mi culo, haciendo que entrará en un profundo éxtasis que terminó con la boca de mi primita llena de mis jugos.
Un par de días después sus padres se decidieron a una de de sus clandestinas sesiones de sexo. Clarisa dormía como un tronco, agotada después de la ya cotidiana sesión de "guarraditas" que nos habíamos propinado.
La desperté y le dije que me siguiera en silencio y que viese lo que viese, no abriese la boca, para evitar que nos descubriesen y les cortásemos el rollo. Con toda clase de precauciones bajamos la escalera, cerciorándonos de que mis tíos estaban ya entretenidos en sus diversiones preferidas allí abajo en el sótano. Sin embargo ese día, por alguna extraña razón ambos estaban en la cocina charlando en voz baja.
-"Llama ya"- oí que decía mi tía.
De pronto mi tío salió, nosotros nos quedamos petrificadas pues de puro milagro no nos vio allí agazapadas en medio de la oscuridad en el rellano de la escalera. Descolgó el teléfono y realizó una llamada de la que no pudimos entender nada ya que hablaba casi en susurros. Colgó y regresó a la cocina.
Nosotras en vista de que aquella noche no iba a suceder nada regresamos a nuestra habitación. Nos metimos en la cama, yo no podía dormir, estaba contrariada por aquel fracaso y no lograba conciliar el sueño. Clarisa tampoco pues me susurró:
-"¡Eh! ¿Duermes?"
-"No, no puedo".
-"Yo tampoco. ¿Sabes una cosa?".
-"¿Qué?"
-"Me encanta chuparte el coño".
-"A mí también me encanta chuparte el tuyo zorra".
-"¿Quieres que te lo haga otra vez?".
-"Es que acabó de hacer pis".
-"No me importa, así también me gusta".
-"En ese caso ven y chúpamelo, ¡cochina!"
¡Joder! si le gustaba a la putita ¡cómo se aplicaba con la lengua en cada recoveco y pliegue de mi chorreante rajita! Y eso que no había podido ver a sus padres en acción, fue tan concienzuda la limpieza de bajos que me hizo que al día siguiente tenía los labios un poco hinchados a causa de sus mordisquitos y chupetones. Pero el gustazo que me dio me será difícil de olvidar, tanto es así que al recordarlo me mojo toda.

Andrea XLIX, revisión ginecológica.

Tenía cita con el ginecólogo para hacerme una revisión, así que me arreglé y salí temprano para no llegar tarde. Cuando llegué fui a la sala de espera, mientras que no llegara mi turno.
Mi ginecólogo es una hombre de unos 45 años, que no está nada mal, es bastante atractivo y desde la primera vez que fui a su consulta, tuve ideas alocadas con él. Me imaginaba cosas calientes, soñaba despierta, pensaba es sus manos, en sus dedos, en su polla...
Me ponía cachonda cuando abierta de piernas me metía la mano para palparme, aunque sabía que era extrictamente profesional, deseaba que fuera algo más, lo deseaba de verdad, y no sé si él lo llegó a notar alguna de las veces que fui.
El caso es que cuando llegó mi turno me llamaron para que entrara en una de las habitaciones. Tuve que ir al baño para mear y luego tuve que desnudarme por completo.
Al poco tiempo él entró  y se acercó a saludarme, dándome un beso en la mejilla, a continuación se volvió a sentar al lado de la camilla, en la que yo ya estaba desnuda completamente y comenzamos con lo típico, preguntándome cómo estaba, si sentía alguna molestia, etc., una vez hubimos terminado con los preliminares, le dije:
"Manuel, que ese era su nombre,  además de la visita por la revisión , quería consultarte otra cosa"
"Tú dirás"
"Pues verás, yo soy una mujer sexualmente muy activa, me encanta el  sexo y los juegos sexuales, soy  muy liberal en ese aspecto y practico toda serie de juegos sexuales. Mi pregunta es si el ser promiscua sexualmente hablando me puede perjudicar en algún sentido.
"En fin lo que me dices tiene de por si un riesgo, que supongo que conoces, en lo referente a enfermedades de transmisión sexual. Pero al decir que eres muy promiscua, ¿qué quieres decir exactamente?"
"Manuel, ¿qué quieres que te diga?. Cuando digo que soy promiscua, quiero decir exactamente eso, que soy promiscua, que practico sexo con otras personas sin importarme si las conozco, me da igual hombres, que mujeres, solos o en grupo , hablando claramente que follo con quien me apetece en cada momento, ¿te queda claro?"
Mientras le iba contestando, observé que mi plan igual había dado resultado, primero por su mirada, pues me observaba con un interés mucho más sexualmente abierto que el que había empleado nunca y además, por el bulto que se iba formando en su entrepierna.
Al momento se acercó a la camilla y sin más dilación me dijo al oído, "ya que te van los desconocidos, ¿tendrias algún inconveniente en probar con un conocido como yo?".
"Pues no, me apetecería contigo, pues te conozco hace muchos años y, la verdad es que cómo me has visto tú no me ha visto nadie más"
Por fin mi estratagema había dado resultado. Me terminó de incorporar y ya de pie los dos me apretó contra si, besándome en la boca,  yo sentía la dureza de su polla a través del pantalón y sus manos empezaron a recorrer mis tetas y mis  nalgas mientras la dureza de su polla se apretaba más y más contra mi.
Mi chocho  empezó a segregar abundantes jugos y empecé a sentir unas deseos locos de que me penetrase allí mismo sin esperar más, el riesgo de que entrara la enfermera y nos viera en plena follada me producía un  morbo tremendo.
Mientras seguía tocándome el culo y las tetas , le empecé a desabrochar la bragueta y cuando le hube sacado su polla, le dije que se desnudara mientras me agachaba y me metí su tiesa polla en la boca, subiendo y bajando por todo su recorrido. Mientras yo se la mamaba, él se empezó a desnudar, quitándose la chaqueta blanca de médico que llevaba y cuando se hubo desabrochado el pantalón, dejé su polla libre de mi boca y me tumbé en la camilla mientras le decía:
"Date prisa y fóllame, que te estoy deseando"
Tumbada le contemplé cuando venía hacia mi,  desnudo, con su polla tiesa y dura delante de él, mojándome todavía más al ver esa polla y saber que en pocos segundos iba a estar dentro de mi, follándome.
Se tumbó sobre mí, y su polla me penetró sin ningún problema ni espera, pues mi coñito lo tenía empapado de jugos y abierto, esperándole y su polla estaba también bien húmeda y lubricada de mi saliva. Sentía su polla dentro de mí, atravesándome, follándome, entrando hasta el fondo de mi  y saliendo casi hasta la entrada para volver a hundirse en el fondo, en un vaivén que me proporcionaba un placer indescriptible.
Cuando empecé a gemir de gusto, su boca, que hasta entonces se había dedicado a chupar uno de mis pezones, tapó mi boca, mientras su lengua penetraba en mi boca igual que su polla penetraba en mi coño y su mano derecha me agarraba un pezón acariciándomelo entre sus dedos.
Me corrí casi de sorpresa, el  orgasmo me llegó sin avisar, intenso, fuerte, haciéndo que cerrara los músculos de mi chochito para retener la polla que me daba tanto placer, lo que provocó su orgasmo que hizo que el mío se prolongara más al sentir su leche derramarse dentro de mi, llenándome con su calor espeso.
Me encanta sentir el orgasmo de los  hombres dentro de mí, sentir su leche caliente y espesa golpear el fondo de mi coño cuando sale a borbotones. Cuando sentí que su rabo escapaba poco a poco de mi interior al volver a su tamaño normal en estado de flaccidez, me incorporé y colocándome entre sus piernas, me lo introduje en mi boca, mamándoselo y apretando suavemente sus huevos hasta que volvió a tener la dureza y grosor que me gustaban para volver a penetrarme,colocándome a horcajadas sobre él y bajando fui introduciéndome su  polla hasta sentarme encima de él, siendo yo, entonces, la que subía y bajaba sobre, sintiendo como entraba y salía de mi chochito mientras le decía que me encantaba sentirlo dentro de mí, follándome, mientras me acariciaba y apretaba las tetas, lo que le excitaba aún más, hasta que volvimos a llegar al orgasmo simultáneamente.
Al terminar descansamos un poco uno en brazos del otro y mientras nos vestiamos, Manuel me miró a los ojos y me dijó "la siguiente revisión dentro de seis meses ¿verdad?".
"¿Por qué has visto algo mal?"
"Si, que folles con otros y mientras tanto tu ginecólogo ¿qué?".
"Lo apuntaré en mi agenda y si en 6 meses tengo un hueco me acercaré jajaja"
El ganador de este último concurso es Jorge, así que ya sabes, ponte en contacto conmigo para quedar un día a una hora que nos venga bien a los dos. Estoy deseando volver a tener otra experiencia contigo.

Andrea XLVIII, las tres lecciones de mi primita.

Ayer estaba cocinando cuando unas manos me rodearon por la cintura y una cara se pegó a mi oído para susurrarme "Hola prima, ¿quieres que cocine contigo?"Lo siguiente que hizo fue meter el dedo en el chocolate fundido que tenía apartado a un lado, y se lo llevó a la boca para chuparlo suave y lentamente. Era toda una provocación, verle meter ese dedo en su boca, como sus labios se cerraban contra él, apretándolo y luego se deslizaba tan sensualmente. Me puso cachonda en ese mismo instante y le pregunté si estaba bueno.
Ella sin decirme nada, volvió a meter el dedo en el bol de chocolate y me lo ofreció para chupar. Abrí mi boca, su dedo se fue introduciendo muy lentamente para ser aprisionado entre mis labios y chupado suave y sensualmente, imitando a chupar una polla.
"¿Te gusta Paola?, ¿Quieres más?”– me preguntó, yo le dije que sí y ella procedió a despojarme de mi top y del bóxer que llevaba, estaba ahí desnuda y jadeando, la verdad es que quería disfrutar de mi primita, y no me hizo esperar mucho. Comenzó a mamar mis tetas, mis pezones respondieron al estímulo de su lengua tibia, mientras sentía que mi chocho también tibio se humedecía.
Clarisa pasó mucho tiempo en mis pechos, y con sus manos acariciaba mi abdomen y brazos pero me gustaba más cuando su mano hurgaba en mi coñito y me frotaba el clítoris. Luego de eso me hizo poner boca abajo, y acarició mis piernas, muslos y espalda, me mordió suavemente las nalgas y me hizo abrir las piernas acariciandome el clítoris en esa posición, después me acostó atravesada en la alfombra de la cocina.
Puso una mano en mi cintura y con la otra sujetó mi pelo y cogió mi cabeza hacia atrás lentamente. Con su lengua recorrió mi boca, mi cuello hasta llegar en medio de mis tetas; lentamente fue delineando con su lengua en cada uno, desde abajo, haciendo círculos hasta llegar a mis pezones y mordió ligeramente para ponerlos duritos y después mamarlos.
"Te gusta lo que hago"
"Aja…"Yo solo podía contestar con gemidos.
"¿Quieres que siga?"
"Aja…"
"¿Vas a hacer todo lo que yo te diga sin preguntas, ok?”
"Si…" conteste muy emocionada.
"Lección 1: Sexo Oral" me dijo y se acostó completamente boca arriba.
"Ahora quiero que te sientes en mi boca." Y tomándome de la cintura me acomodo sobre su cara.
"Me encanta que tengas tu coñito depilado" y comenzó a besar lentamente mis labios hasta llegar a mi clítoris y después hizo lo mismo con su lengua.
"AAAAAAHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!" solo eso salió de mi boca.
Pasó sus manos alrededor de mis piernas y con sus dedos separó mis labios. Metió su lengua por todos los pliegues, con la punta recorrió la entrada de mi coño y después comenzó a frotar mi clítoris.
"OOOHHHH!!!! MMMMMMM!!!! AAAAAAHHHH!!" Yo no podía decir palabras.
Podía sentir como mi chochito se humedecía cada vez más y como Clarisa mamaba todo. De repente se acomodó de manera que su boca quedó pegada a él y comenzó a hacer vibrar su boca como pronunciando la letra "r". Esas vibraciones eran como descargas de placer en todo mi cuerpo y me hacían arquear la espalda. Después volvió a usar su lengua para meterla en mi coñito primero lentamente y después fue aumentando el ritmo y con sus manos jugaba con mis tetas.
Sentía como iba a tener un orgasmo muy intenso que no tardaría en llegar cuando mi primita se detuvo, me tomo de la cintura y me hizo a un lado.
Sorprendida le pregunte. "¿Por qué te detuviste?, ya casi terminaba, ¿que pasó?"
Delicadamente puso un dedo en mis labios y me dijo "Sin preguntas, vas a hacer todo lo que diga ok?? Ahora déjame compartirte el delicioso néctar de tu chocho mezclado con chocolate." Me tomó del cuello y nos besamos. Era un sabor dulzón fuerte que pasaba de su boca a la mía, con nuestras lenguas lo pasábamos hasta que se diluyó.
"Lección 2: 69, esta vez quiero que me hagas todo lo que yo te hice."
Clarisa se quitó su tanguita y yo me acomodé para quedar sobre ella. Frente a mí tenía el chocho depilado de mi prima, suave y muy carnoso. Empecé primero con pequeños besitos recorriendo todos sus pliegues y después con mis dedos separé sus labios y con mi lengua fui saboreando todo su coño. Froté con mucha intensidad su clítoris e hice lo mismo de las vibraciones que me hizo ella.
"¡¡¡¡AAAAHHHHHH Aprendes RRRRRAAAApido verdad!!!!"
"Aja…"
"Quiero sentir tus dedos dentro de mí pero mételos despacito…."
Metí dos dedos lo más adentro que pude despacito como me pidió.
"OOOOOHHHHHHHH!!!!!"
Sentí como todo el cuerpo de Clarisa se estremecía de placer y mientras mamaba su coño lentamente comencé a meter y sacar mis dedos. Ella también metió dos dedos y las dos movíamos nuestras caderas para disfrutarlo más. De nuevo el placer comenzó a recorrer mi cuerpo esta vez sentí que sería más intenso y antes de terminar Clarisa se detuvo otra vez.
Me sentí frustrada porque ya eran dos veces y no sabía por qué. Me acomodé para verla de frente, me sujetó de la cintura, tomó mi mano y comenzó a lamer los dedos que había metido en su chochito  junto con los que ella me había metido.
"¿Confías en mí?" me dijo mientras me abrazaba, podía sentir como sus tetas y pezones se frotaban con los míos. Nos besamos para compartir los sabores que teníamos en nuestras bocas, nuestras lenguas parecían serpientes peleando.
"Lección 3: Tijeritas. Esto lo vas a disfrutar muchísimo. Te prometo que todo tiene una explicación"
Estábamos sentadas una frente a la otra, abrimos las piernas y las entrelazamos de manera que nuestros sexos podían frotarse. Clarisa me tomó de la cintura y me movía lentamente, no entendía cómo hacerlo pero nos acomodamos de tal manera que había mucha fricción con nuestros clítoris. En ese momento sentí como un placer mucho más intenso que antes recorría desde mi clítoris a todo mi cuerpo. Tomé las manos de mi prima para entrelazar los dedos y yo sola seguí con el vaivén de mis caderas.
"Esta vez no te detengas, sigue hasta el final OK Clarisa"
"OOOOOHHHHH!!! OK!"
Mi cuerpo estaba como electrificado al sentir como las descargas de placer recorrían todo mi cuerpo, nunca había sentido tanto placer. Solté las manos de Clarisa y sujeté sus tetazas para apretarlas y con mis dedos frotar su pezones. Ella tomó mi cintura y me presionó más contra su cuerpo para que la fricción fuera más intensa.
"NOOOOO PAAAARES CLARISA NNNNOOO PAAAARES"
"OOOHH PPPOOORRR DDDDDDIIIIIIIIOOOOOOOOOOSSSSSSSSSSSS!!!!!!!"
Y mientras decía esto sentí como todo mi cuerpo se convulsionaba al sentir dos orgasmos seguidos. No podía creerlo, todas esas sensaciones de placer que recorrían desde mi cabeza hasta mis pies y podía ver y sentir como mi prima pasaba por lo mismo.
Me detuve un poco pero Clarisa me abrazó con una mano para besarnos y con la otra siguió moviendo mis caderas. Esto provoco un tercer orgasmo que se hizo muy largo y muchísimo más intenso mientras nos besábamos.
Las dos caímos rendidas después de tanto placer, estábamos abrazadas con las piernas entrelazadas.
Estuvimos así mucho tiempo acostadas, abrazadas, sintiendo nuestros cuerpos ardientes, sintiendo nuestras respiraciones, sintiendo como nuestros labios tibios y húmedos se fundían en pequeños besos. Cuando nos dimos cuenta de la hora nos pusimos un poco de ropa y seguimos haciendo el postre que yo había empezado y al que le habíamos añadido parte de nuestros flujos para hacerlo más dulce. El resultado fue una tarta fondant de chocolate que a todos les pareció riquísima. Quizás la razón era nuestro ingrediente secreto...
Nosotras, después de comer, pasamos el resto del día viendo algunas películas y repitiendo las lecciones hasta que creo que ya me las aprendí de memoria, todo será seguir practicando.